La madre y el hermano de Abelardo Benítez (47) indicaron que no tienen novedades en el caso. Se cumplieron dos años del siniestro vial doblemente mortal de Centenario y San Martín.
Para algunos puede ser un caso más, pero para su familia, sus amigos y sus excompañeros de trabajo, podría ser otra causa que va camino a quedar en la nada. Otra muerte en accidente de tránsito, provocada por una persona supuestamente alcoholizada al volante. Ya pasaron dos años y pareciera que fue ayer. Porque así de vivo está el recuerdo de quienes conocieron y quisieron a Abelardo Benítez (47).
El expediente tiene como imputado por homicidio culposo a Ángel Ramón Martínez (22). Sobre el caso no hay nada nuevo, sólo silencio, confirmaron a PRIMERA EDICIÓN la madre y uno de los hermanos de Abelardo.
El hecho ocurrió a las 8 del domingo 29 de mayo de 2016. Benítez hacía algunas horas había dejado su turno en este Diario. Fue a descansar y temprano a la mañana se subió al remís, el otro trabajo que tenía para mantener a su familia.
Tres chicas subieron al Renault Sandero y le pidieron un viaje hasta sus casas. A medio camino el remís se detuvo a esperar el semáforo de Centenario casi San Martín. Por la misma avenida, pero en la mano contraria apareció raudamente un Toyota Etios que era conducido por Martínez.
Una de las hipótesis que manejó la policía era que venía rápido para no perder el semáforo en verde. Cuando llegó a la intersección con San Martín perdió el control del vehículo, se cruzó de carril y dio de lleno contra el Sandero que conducía Benitez, quien quedó atrapado entre los hierros. Lo trasladaron al hospital, pero falleció por las graves heridas. Ese choque también se cobró la vida de una de las pasajeras: Lidia Raquel Rodríguez (35).
El luto y la congoja por la pérdida de estas dos personas tenía su contraparte. Por decisión del juez de Instrucción Penal Fernando Verón, Martínez quedó detenido en la Seccional Segunda.
La pericia de alcoholemia le dio que tenía 0,63 de alcohol en sangre, cuando por esa época en Posadas ya regía la ordenanza del alcohol cero.
Los compañeros de volante de Abelardo realizaron marchas por pedido de Justicia. Una de ellas inclusive llegó frente a la comisaría donde estaba detenido el chofer del Etios.
Pasaron los días y Martínez fue excarcelado el 15 de junio, previo pago de una fianza de 500.000 pesos. La causa quedó caratulada como doble homicidio culposo en accidente de tránsito.
Siguieron las pericias para intentar saber a qué velocidad iba el Toyota cuando impactó contra el auto de alquiler. Y pasaron los días, los meses y del caso hay sólo silencio, dijeron los familiares que esperan justicia.
María Nélida, la madre de Abel, relató que se vuelven muy difíciles los días previos al aniversario de la muerte de su hijo, pero sobre todo el día de la semana en el que falleció Abelardo. El comienzo de los días domingos son muy complicados. Es como revolver una herida. Mi hijo se fue de una forma muy injusta, cuando estaba entregado al trabajo.
Indicó que hace poco volvieron a consultar al estudio del abogado que los patrocina. La causa está en la nada, dijo la madre. No me interesa el tema económico, me interesa que se haga justicia. El dinero no me va devolver la vida de mi hijo.
Compungida, afirmó: Me queda la satisfacción de haber tenido un buen hijo. Viendo lo que muestran los medios de tantas madres que piden justicia, a veces pierdo las esperanzas. Si esto sigue así, la muerte de Abelardo quedará impune.
Franco, el hermano de Abel, señaló que lo último que supieron es que faltan las últimas pericias de la Policía, la definitiva.
Nos preguntamos ¿tanto puede tardar? ¿Dos años para terminar una pericia? Junto con el abogado ahora esperamos que el juez se decida a avanzar con la causa ¿Cómo es posible que en dos años no se haya podido hacer nada?”, cuestionó.
La mamá de Abelito (tal y como lo llamaban sus colegas), explicó que son de Santo Pipó. Se nos complica mucho movilizarnos hasta Posadas a preguntar como está la causa. Ya estoy grande y me cuesta mucho y mi hijo trabaja todo el día. Viendo como está actuando la Justicia es desesperanzador. Dios quiera que nos equivoquemos, porque la muerte de Abelardo fue una falta total de responsabilidad de ese muchacho, sentenció.
Recuerdos
En la charla afloraron los recuerdos acerca de cómo era Abel y de cómo los recuerdos juegan una mala pasada.
Hoy Posadas me supera. Era un placer venir aquí. Le pedía a Abelardo que me esperara a una hora determinada y él me acompañaba a realizar los trámites. Le decía vos me estás haciendo hacer todo rápido para mandarme pronto de vuelta a casa. Y él respondía no viejita, es para que no andes tanto. Ese tipo de recuerdos se disparan cuando vuelvo a esta ciudad. Hago el esfuerzo, pero no lo puedo superar. Siento que lo voy a volver ver.
El último día de vida él me escribió un mail. Por todo lo que pasó lo leí semanas después. En ese correo me adjuntó una foto y me contaba lo contento y orgulloso que estaba de su hijo, mi nieto, que en ese momento era seminarista, recordó. Mamá, fijate quién está junto al obispo. Esto me llena de alegría el alma, decía el mail.
Así se fue a trabajar y así se topó con la muerte. Ahora su madre espera que se haga Justicia.
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