Tiene 12 años y describió con amplias coincidencias al joven de 24 años como quien golpeó y sometió sexualmente a la menor de 7. El juez Gerardo Casco aguarda ahora el testimonio de veinte policías de San Pedro y Pozo Azul.
A poco más de dos meses del horror desatado en Pozo Azul, que tuvo como víctimas a dos hermanas de 7 y 12 años fueron golpeadas, secuestradas y la menor de ellas ultrajada sexualmente, las niñas declararon ayer en Cámara Gesell y la mayor de ellas señaló como autor del macabro crimen a Franco Emanuel Sotelo.
Bajo las condiciones y profesionales que garantizan preservar la integridad física y mental y que los menores puedan testimoniar, las dos víctimas cumplieron con el procedimiento ayer a pedido del juez de Instrucción 3 de San Vicente, Gerardo Casco.
Fuentes de PRIMERA EDICIÓN confirmaron que la niña de 7 años aún no pudo afrontar ninguna ejercicio o relato gráfico que la retrotraiga al calvario de la mañana del sábado 14 de abril sobre la ruta provincial 20 cuando fue tomada por la fuerza y golpeada en el cráneo hasta dejara inconsciente con una presunta barreta por el conductor de un Volkswagen Gol blanco, que luego la violó provocándole gravísimas lesiones genitales.
Este sujeto sí fue descripto con claridad por la hermana de 12 años. Ella apuntó en todas las consultas en que Franco Sotelo (24) era quien condujo ese automóvil que las interceptó cuando caminaban por la banquina de la mencionada ruta y quien casi masacró a la pequeña.
Las mismas fuentes remarcaron que en la cámara Gesell la simple aproximación de lo sucedido provocó en la víctima (que necesitó dos semanas de terapia intensiva en el Hospital de Pediatría de Posadas para reponerse) angustia, bloqueo y silencio, por lo que no continuó con la pericia por consejo de las profesionales de la salud mental que se encarga de tomar el testimonio con este recurso.
De otras voces judiciales consultadas, también este Diario pudo establecer que el juez de la causa ordenó la citación de una veintena de policías pertenecientes a la localidad de San Pedro (UR-VIII) y Pozo Azul (UR-XII) para determinar los pasos dados en la pesquisa y todos los detalles para despejar dudas sobre el principal sospechoso del caso.
El juez Casco aguarda además los resultados de análisis biológicos ordenados a los elementos secuestrados y levantados en la escena del hecho. Entre ellos, una barreta, colillas de cigarrillos y los estudios que se hicieron en Posadas al automóvil de Sotelo, hallado con manchas de sangre.
Cabe señalar que, el vehículo fue ubicado pocas horas después de trascendido en Posadas, el dramático episodio de Pozo Azul.
El domingo 15 de abril se montaron intensos operativos en Posadas por exhorto del magistrado Casco. Fueron allanadas viviendas en la chacra 181 y en el barrio Los Kiris, zona de las avenidas Zapiola e Ituzaingó, donde finalmente fue hallado, pero no su dueño, quien habría recibido mensajes que lo alertaban de qué lo estaban por detener, por lo que desapareció hasta la siesta del martes 17 de abril en que perdió la vida.
Violencia extrema
El caso de los ataques, presuntamente efectuados por Franco Sotelo, tomó ribetes escandalosos y polémicos cuando el joven, que fue cercado en una zona de monte de Garupá por la Policía, murió arrollado sobre la autovía de ruta nacional 12 y con una munición de plomo en su espalda y una herida en el codo que también debe ser determinada si corresponde o no a un disparo de arma de fuego.
La investigación de la fuga de Sotelo y el supuesto encubrimiento aportado por un sargento de policía de la UR-I, está en manos del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo.
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