En un breve diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Verón brindó su perspectiva sobre lo ocurrido en A 3-2, en base a la versión prestada ayer por el policía.“Partimos del hecho de que ningún policía es entrenado para salir a la calle a matar civiles. Por eso sostenemos que nos encontramos frente a la hipótesis de un accidente”, indicó el abogado.El defensor aseguró que “vamos a sostener la teoría de que el sargento actuó sin intención alguna de dañar a Amarilla. Si él hubiese visto que se encontraba herido, hubiese llamado a una ambulancia, pero la víctima ingresó al domicilio y no se pudo establecer el grado de las lesiones que tenía”. Para Verón, lo sucedido se puede enmarcar en “una mezcla de cosas, el ensayo de una defensa, esta cuestión que definimos accidental, y que tiene que ver también con el desconocimiento del tipo de munición con la que estaba cargada la escopeta que, dicho sea de paso, aún no tenemos las pericias definitivas, la prueba científica que nos indique que se trataron de municiones metálicas”.La investigación continuaba anoche, al cierre de esta edición, en el Instrucción 6.Declaración<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/276454/creen-que-dos-policias-mataron-a-un-exconvicto.html">El suboficial detenido por el presunto caso de “gatillo fácil” en el barrio A 3-2</a> rompió el silencio ayer por la mañana y reconoció haber disparado en medio del operativo que culminó con la muerte del exconvicto Arnaldo “Nano” Amarilla (33), aunque aseguró que lo hizo en defensa de la vida del oficial que lo acompañaba y con la munición que le entregó la propia Policía provincial.En la declaración brindada ante el magistrado Walter Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas y al frente de la pesquisa, el sargento reveló en detalle su versión sobre lo sucedido durante la madrugada del domingo 1º de julio, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN.Asesorado por el abogado particular Víctor Feliciano Verón, el suboficial ratificó que la comisión policial de la comisaría seccional Décima debió presentarse en dos oportunidades en el populoso complejo habitacional, ante el respectivo llamado de vecinos que apuntaban a Amarilla como autor de una serie de pleitos en la vía pública.El sargento contó que la primera vez, aún en la noche del sábado 30 de junio y desde el interior de su vivienda, Amarilla amenazó de muerte a los policías con un arma blanca que golpeaba contra las rejas del inmueble.Siempre al decir de su versión, tras esa primera visita al lugar, la patrulla se marchó sin mayores novedades. Sin embargo, unas tres horas después, alrededor de las 2 del domingo, debieron regresar ante la insistencia de los vecinos. Allí fue que se produjo el hecho que ahora es materia de investigación.Al decir del suboficial, durante esa segunda recorrida Amarilla se abalanzó sobre el oficial a cargo del operativo con un elemento en la mano que no pudo divisar en razón de la oscuridad que reinaba en la cuadra. Fue entonces que resolvió abrir fuego para preservar la integridad de su colega, suponiendo que sería atacado por el exconvicto.Sobre la dirección de los disparos, habría asegurado que el primero fue al aire y el segundo hacia abajo, tras lo cual Amarilla ingresó a su vivienda. Dijo que, justamente por eso, no pudieron establecer si la víctima se encontraba herida y brindarle asistencia médica.Por otra parte, en razón de que el adelanto de autopsia informó a Balor sobre la posible utilización de balines de plomo que le habrían provocado la muerte al exconvicto, el sargento aseguró ayer que él mismo cargó la escopeta Ithaca con la munición provista por la fuerza, es decir, cartuchos de posta de goma y de “fogueo”, estos últimos, que no poseen proyectil alguno.Así las cosas, tras la indagatoria, el suboficial fue trasladado nuevamente de regreso hacia su lugar de encierro, donde permanecerá detenido, imputado provisoriamente por “homicidio simple”. El oficial, en tanto, fue excarcelado el último lunes y permanece acusado por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.El hecho que se investiga tuvo lugar alrededor de las 1.30 del primer día del mes. La versión oficial indica que Amarilla recibió varias lesiones tras recibir presuntos balines de plomo disparados por el suboficial. Si bien se aguarda aún el informe final del Cuerpo Médico Forense, el anticipo de autopsia habría indicado primeramente que la munición era metálica y, segundo, que la misma le provocó daños irreversibles en los pulmones.Fue recién a las 5 de ese mismo día que las autoridades tomaron conocimiento del desenlace fatal del operativo. Sucede que a esa hora, un hermano de la víctima se presentó en la vivienda y descubrió a Amarilla -quien acababa de salir de prisión tras cumplir una pena por homicidio- tirado en el piso sobre un charco de sangre, camino al baño del inmueble. Los mismos policías fueron comisionados entonces al lugar, pero ahora ya por un hecho con desenlace fatal.
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