"En este momento estamos teniendo los primeros resultados sobre el aspecto genético, es decir qué grado de diferencias genéticas existe entre las poblaciones en esta capacidad de adaptación a las condiciones que va a imponer el cambio climático", contó la experta a PRIMERA EDICIÓN. Nos encontramos con que había grandes diferencias en la densidad de la madera entre vivos y muertos. En biología, la supervivencia se relaciona con la “eficacia biológica”, es decir la capacidad de dejar descendencia y en cantidad suficiente para asegurar el mantenimiento en el tiempo de la especie, por lo cual nuestros resultados son muy interesantes.Parte de estos resultados serán presentados en un Simposio dedicado al tema de la adaptación de los bosques al cambio climático, en el próximo Congreso de Genética en el mes setiembre en Mar del Plata, al que he sido invitada por la Sociedad Argentina de Genética. En mi trabajo de investigación usamos una especie de árbol que tomamos como modelo biológico, el pino oregón, que en Argentina se encuentra en la Patagonia y en Europa es de gran importancia.Esta especie es modelo biológico porque reúne determinadas condiciones, no solamente es importante desde el punto de vista productivo, posee también otros aspectos importantes, por ejemplo tiene pocos enemigos naturales y un crecimiento rápido, pero sobre todo por dos aspectos cruciales: su madera tiene unos anillos de crecimiento muy definidos que son ideales para estudiar la relación con los efectos del ambiente y obtener información retrospectiva. También fue elegida por haber sido muy afectada por una ola de calor intensa en Europa en el año 2003. Había que encontrar la respuesta genética de su adaptación y supervivencia. LEA LA NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN PAPEL DEL DOMINGO 30 DE AGOSTO
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