Sonia López, Héctor Molina y Silvia Alcántara no comparten ciudad natal, no fueron juntos al colegio, no tienen el mismo tipo de sangre, no se criaron juntos. Sin embargo están unidos por una red de dolor. Son madres y padres víctimas de la droga, víctimas del consumo, víctimas de un enemigo gigante y peligroso que amenazó a sus hijos y que, en una de esas ocasiones, ganó. Sin embargo, esas arduas y duras batallas no les diezmaron los ánimos. Por el contrario, los encontraron unidos en una pelea que no piensan abandonar. “Esta es una lucha de ‘Madres contra el paco’ que comenzó en 2002, por la debacle económica que se suscitó en el país y todos aquellos que consumían cocaína empezaron a consumir paco, porque era mucho más barato y accesible”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Silvia Alcántara, una de las referentes que visitó Misiones. “Las madres del paco vemos en nuestros hijos a los hijos de todos en general. Cuando reconocimos esta problemática en nuestras familias, comenzamos a luchar por los demás hijos de las demás familias”, agregó.Es cierto, en esta tarea los objetivos son lograr que el Estado dé respuestas inmediatas a la demanda de las familias afectadas y que estas respuestas estén vinculadas a las problemáticas que vienen asociadas como el alcoholismo, la pobreza, la seguridad, el hambre.“Comenzamos a estar donde el Estado estaba ausente y a ser un nexo con las familias para que los chicos sean atendidos. Sucedía en ese entonces que ni los psicólogos, ni los psiquiatras, ni la gente conocía lo que era el paco y sus consecuencias. Eso nos llevó a que las madres asesoremos a veces a profesionales de la salud sobre lo que era esta nueva droga”, relató Silvia.Esta madre vivió de cerca el flagelo del paco. Uno de sus hijos, de quien reserva el nombre, fue la víctima que la llevó a luchar, primero por él, después por todos. “Hoy mi hijo está bien. Salió de todo. Porque se puede salir, hay una gran cantidad de jóvenes que lo hicieron, con tratamientos de dos o tres años, una internación, desintoxicación, y después un tratamiento ambulatorio que incluya el trabajo con psicólogos”, recalcó.Las únicas víctimas no son los hijos, las familias viven en carne propia el calvario de la droga. “Una familia queda quebrada al medio cuando hay una persona que consume, a veces es el padre, puede ser un hermano, una madre. El consumo quiebra, deshace a la familia”, se sinceró Silvia. Una responsabilidad de todosCuando aparece la problemática, todos señalan a posibles responsables que siempre caen en puntos comunes: la pobreza, la televisión, los amigos, etcétera. “Para mí es un combo de responsabilidades. Son los medios de comunicación, que hacen una apología de la droga permanente. Tenemos una difusión pro droga y pro consumo muy grande desde todos los lados, los jóvenes están bombardeados por el consumo. Hoy en día creen que es muy piola, que está de moda el consumo y terminan arruinados”, consideró Silvia. López, referente de las “Madres del Paco” y titular de la Dirección de Prevención de Adicciones de la provincia de Corrientes, consideró que el trabajo tiene que ser en conjunto. “No nos queda más que unirnos por el otro, empezar a acompañarnos, contenernos, a compartir porque nos necesitan. Hace muchos años luchamos por esto que tiene flagelado a nuestro pueblo y las víctimas son nuestros hijos. Antes eran los adictos o los drogones, hoy son nuestros hijos sujetos de derecho por los cuales luchamos”, destacó.Por su parte, Molina indicó que el narcotráfico es el problema macro pero la realidad es que “ésto está matando a los chicos, tenemos que trabajar con quienes son las víctimas, trabajar con el contexto, la sustancia”.Contra las drogas… todosLa campaña “Contra las drogas estamos todos” es una iniciativa de la Fundación Ideas en Movimiento, impulsada por la Municipalidad de Posadas. Dentro de ese marco, visitaron la provincia referentes nacionales que contaron sus historias con el consumo. El primero fue Gastón Pauls, y en esta segunda ocasión, dijeron presente las “Madres del paco” y el periodista deportivo Juan Carlos “Toti” Pasman. “Acá tenemos que unirnos todos, porque la droga no tiene límites. Es más, abre cada vez más las fronteras. Es una situación de la que no solo hay que preocuparse, si no también hay que ocuparse”, consideró José María Arrúa, candidato a intendente de Posadas. “En la vinculación con la familia está el eje, tener a la familia como el núcleo social más importante”, agregó y para finalizar sentenció que “decir ‘contra las drogas estamos todos’ está bueno, pero lo mejor es decir ‘a favor de la vida estamos todos’”.Familias y EstadoLos referentes de las “Madres del paco” indicaron que lo más importante es el trabajo en red. “Se tienen que unir las organizaciones civiles, el Estado y la comunidad, porque es la única manera. Una organización de la sociedad civil sola no puede, tampoco el Estado. Debemos mancomunar esfuerzos para poder afrontar el desafío. Porque nos involucra a todos, este es un problema social y tenemos que darle respuesta social”, indicaron.Entre las propuestas, destacan la importancia de que los gobiernos subsidien proyectos educativos, laborales, culturales y deportivos que promuevan la inserción de estos jóvenes en la sociedad; que el arte, la danza, la creatividad y el deporte los devuelvan a la vida; que se tomen medidas legales para desarticular las mafias; recuperar los espacios públicos para que sean espacios de socialización; incorporar a los jóvenes para que luchen por sus amigos.“Una familia queda quebrada al medio cuando hay una persona que consume, a veces es el padre, puede ser un hermano, una madre. El consumo quiebra, deshace a la familia”, dijo Silvia.Convertir el dolor en luchaHéctor tiene fresca esa noche de octubre de 2011. Su hijo, Nicolás (29) estudiante de Comercio Exterior, salió de la facultad y fue a festejar el cumple de una amiga. Entre cerveza y cerveza se descompensó. Fue internado y el 29 de octubre del 2011 dejó de existir. El alcohol había bajado sus defensas y esa noche, Nicolás había consumido cocaína. La historia trágica había comenzado mucho antes, cuando el joven tenía 23. La familia le buscó apoyo y contención, hizo tratamientos y su padre, Héctor, comenzó la lucha ni bien se enteró de la situación de su hijo. Lo que hace es levantarse todos los días con la única meta de terminar con ese flagelo. “Creo, personalmente, que se encara mal el problema. Estoy cansado de escuchar a políticos de distintos partidos hablar sobre lo que van a hacer contra las drogas y su lucha contra el narcotráfico. Pero no se habla de la prevención, de programas de asistencia. El narcotráfico mueve 600 mil millones de dólares al año, ¿quién va a poder con
tra eso? Es por eso que hay que hacer prevención. Yo tengo un hijo muerto por adicciones y no quiero hacerme el justiciero y matar a los narcos”, dijo a PRIMERA EDICIÓN.
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