Alejandro Barroni ama la música, tanto como a su Capital de la Yerba Mate, donde desde hace poco más de dos años lleva adelante el Centro de Estudios Musicales (CEM); un espacio que, pese a su juventud, ya obtuvo importantes logros, como un lugar en los Juegos Culturales Evita, representando a la provincia en Mar del Plata.“Salimos primeros en Conjunto Musical Sub-14 y en Sub-18 obtuvimos el segundo puesto a nivel provincial. Dos años y medio hace que estoy trabajando y lograr estos lugares para mí es un logro, estoy feliz. Había chicos de todas las localidades, hay muy buen nivel, con chicos que desde los dos años están tocando algún instrumento, con muy buen manejo escénico y técnico. Incluso el jurado felicitó a Apóstoles porque destacó el manejo de instrumentos de orquesta para un repertorio regional, que es muy bueno, muy simbólico para representar a la provincia”, explicó Barroni.Y detalló que “arranqué en abril de 2013, así que este proyecto es un niño que aún está aprendiendo a gatear. Comencé con clases de piano, en un aula chiquitita, y la demanda fue creciendo, después empezaron a preguntar por clases de guitarra, entonces las sumamos a la propuesta, luego fueron las cuerdas, y siempre en base a la necesidad y lo que pedían los chicos fuimos agregando cosas”.Durante 2014 se incorporó “todo lo que es cuerdas frotadas: violín, viola, violonchelo, contrabajo; y éste, todo lo que es de viento, así que ya estoy armando una orquesta completa”, añadió el profesor.Pero Alejandro se anima a los desafíos, por eso no se conformó y “algo que quería desde el año pasado y principio de este y no lo lograba, recién lo conseguí ahora en septiembre, es trabajar con los más chiquitos, de dos a cinco años. Es necesaria una estructura un poco más compleja, maestros iniciales en conjunto con profesores de música, y tenés que tener los instrumentos especiales, que son más costosos y no se consiguen con tanta facilidad y para mí es un logro, máxime que empecé hace una semana y ya tengo seis alumnos, que son ‘esponjas’”, confesó.“Esto es algo que traigo un poco prestado de Grillitos, porque conozco a Miguel (Brizuela) y a Marilé (Vendrel) y en 2013 ya me decían ¿por qué no empezás que está muy bueno? y me contaron la experiencia que tuvieron desde los inicios, y me parece interesante, porque logran tener chicos de doce años que tocan el violín”, aclaró. Alejandro Barroni es egresado de la Universidad, desde donde trajo una metodología de enseñanza distinta: “Les inculco a los chicos a tocar en público. A los pocos días de práctica tenemos clases integradoras, en las que aquel que toca el violín se junta con el que toca guitarra, piano, viento y, así toquen dos notas nomás, ya están haciendo algo en coordinación general, entonces aprenden que la música está hecha para compartir, a compartir la música y a hacer el trabajo en equipo, porque cuando tenés que tocar en una orquesta es un trabajo en equipo, cada uno aporta su granito de arena y sale el ensamble que se termina escuchando”, subrayó el profesor.“Está habiendo una linda movida musical y cultural en estos últimos cinco años, y hay mucho por hacer, incluso en lo que se refiere a formación, porque la Escuela tiene lo suyo pero al haberme formado en una universidad, que tiene otro tipo de formación, veo que todavía hay diferencias muy grandes”, detalló. Y añadió que: “Los profesores vienen desde Posadas, es un costo altísimo, pero pienso en la música, no en otra cosa y esto es un trabajo a muy largo plazo y lo ideal sería que los alumnos que salen de acá, que se van a ir a la Universidad a estudiar, vuelvan y sigan aportando a la sociedad porque quienes tienen títulos académicos por lo general no vuelven y ese es un problema. Pero no todos van a pensar como yo”.“Desde los cuatro años quería estudiar piano, hasta que lo conseguí, en la pre-adolescencia ya sabía que quería estudiar música, pero todos esperaban que cambie de idea y siempre tuve la convicción firme, después me fui a Córdoba y la tierra colorada tira muchísimo y todos me decían: “con el título que tenes que te vas a volver, no vas a hacer nada allá”, pero creo que hay muchísimo por hacer y sobre todo en el interior”, dijo. Todo este sueño parece mucho trabajo, pero Alejandro Barroni eligió apostar a algo más y, desde hace pocos días, está como director del CEM, que funciona en la Escuela 41, desde donde también apuesta a una Apóstoles que lleve la música en su esencia.
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