En 1556 el sacerdote Juan Cedrón llevó a Santiago del Estero unas estacas de vid. Posteriormente, el galo Aimé Pouget instaló en Mendoza un viñedo con carácter experimental, introduciendo variedades francesas: chardonnay y malbec. El clima seco, las aguas de deshielo y una importante altura sobre el nivel del mar ayudaron a producir excelentes cultivos.Alrededor de 1880, Tiburcio Benegas plantó 250 hectáreas de viñedos de primer nivel y construyó una bodega modelo: “El Trapiche”. Con la llegada del ferrocarril a la provincia de Mendoza en 1885 se despertó una fiebre productora con el fin de abastecer a la ciudad de Buenos Aires. Una de las variedades más importantes y de mejor adaptación en la región fue la malbec, también conocida como la “uva francesa”. Prosperaron bodegas notables, que hasta llegaron a tener su propia estación de ferrocarril.Desde hace ya varios años, la calidad de los vinos argentinos es reconocida a nivel internacional. Paralelamente se ha desarrollado una cultura enológica muy exquisita, que se expresa en el paladar exigente de los consumidores, en revistas y publicaciones específicas, y en universidades donde se imparten estudios académicos sobre el tema.SaltaLa ruta en la provincia comienza en la capital, cruza los pueblos históricos del Valle de Lerma y culmina al sur, en Cafayate. Se puede regresar a Salta por la Quebrada de las Conchas, donde la erosión del viento y del agua cincelaron curiosas formaciones pétreas. En Cafayate se cultivan vides que producen su famoso Torrontés, aun cuando en la región hay también variedades como el Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah y Chardonnay. En las ciudades de Yacochuya y Colomé, a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, se están desarrollando actualmente nuevos emprendimientos vitivinícolas.La RiojaHa sabido preparar por centenas de años una variedad de excelentes productos, con cultivos concentrados especialmente en Chilecito, Nonogasta, Felipe Varela, Villa Castelli, Vinchina, Castro Barros, Anillaco, San Blas de los Sauces, Sanagasta y Famatina. Allí la producción y la diversificación varietal de uvas encuentra condiciones muy favorables, lo que determina la ubicación de las bodegas de mayor importancia.Sus vinos han obtenido reconocimientos internacionales en distintas ocasiones, tal es el caso del Torrontés Riojano, que obtuviera el Premio Mayor de la Vitivinicultura Mundial. Otras distinciones más recientes confirman la madurez y responsabilidad del sector vitivinícola provincial, al lograr insertar vinos de excelente calidad en mercados tan competitivos.CórdobaEsta provincia tiene una larga tradición vitivinícola. Uno de los primeros vinos elaborados se llamaba lagrimilla y fue llevado por los jesuitas a España. Los friulanos arribados a fines del siglo XIX continuaron con la tradición vitivinicultora. Hoy la producción se concentra principalmente en el Departamento Colón, siendo Colonia Caroya la que posee el mayor número de bodegas y productores que elaboran vinos artesanales. La visita a viñedos, establecimientos y la degustación de uvas y vinos regionales constituyen el principal atractivo de esta ruta alimentaria.San JuanEl área de producción de vinos más importante de San Juan es el denominado Valle de Tulum, el cual presenta un clima seco y templado, óptimo para el cultivo y producción del Syrah (cepa muy bien adaptada a la región) y otros vinos finos de mesa y licorosos. Las principales bodegas sanjuaninas: Viñas de Segisa, Fabril Alto Verde, Champañera Miguel Más, Las Marianas, San Juan de Cuyo y La Guarda, están altamente equipadas con maquinarias de última generación, vasijas de acero inoxidable, refrigeración computarizada, barricas de roble para guardar sus vinos, además de contar con enólogos especializados y altamente capacitados.MendozaLa vitivinicultura constituye la actividad más destacada de la agricultura mendocina. Es tradicional y ha permitido el reconocimiento mundial de sus productos. 1.221 bodegas producen casi 10 millones de hectolitros al año. Las principales variedades aquí cultivadas para vinificar son: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Syrah, Barbera, Riesling, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Chenin, Ugni Blanc, Semillón.En la zona norte provincial se producen principalmente vinos blancos y tintos jóvenes, en tanto que en el este se encuentra el área de mayor producción vitivinícola de la región.NeuquénNeuquén cuenta con una ruta que combina aromas y sabores de esta tierra, a la que suma una apasionante experiencia paleontológica. En este circuito se puede apreciar la tradicional producción agropecuaria de sus chacras e industrial de sus bodegas. La producción de vinos se ha concentrado en los alrededores de San Patricio del Chañar y en la localidad de Añelo. Las variedades plantadas son Chardonnay, Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Cabernet Franc y Sauvignon Blanc.Río NegroLa mayor producción vitivinícola de la provincia se realiza en el Alto Valle del Río Negro, en los alrededores de la localidad de General Roca. Allí se encuentran las bodegas más australes del país, que realizan excelentes varietales y champagne, a partir de la producción de manzanas de la región. Se producen vinos de la cepa Semillón, Pinot Noir y Merlot. El viento, que produce un ambiente seco, contribuye a la excelente calidad de las uvas ya que evita la aparición de enfermedades en los viñedos, posibilitando la producción de vinos orgánicos. Fuente: medios digitales.¿Cómo comenzó la vitivinicultura en Argentina?Este hermoso e inmenso país vitivinícola, que tiene al vino como su bebida nacional, tuvo su primer contacto con las vides a mediados de los años 1500. Antes de esa fecha, no existía la producción nacional de vino. Veamos cómo fueron los comienzos de la vitivinicultura argentina.Las vides aptas para la vinificación llegaron a América con Colón, en su segundo viaje más precisamente, allá por 1493. Al ser plantadas en la región del Caribe, no se obtuvieron buenos resultados, a causa del clima. Los colonizadores se fueron expandiendo por el continente, y para 1543 las vides ingresaban a la que luego sería la ciudad de Salta y a la zona de Cafayate, provenientes desde el Alto Perú. En 1556, el clérigo Juan Cedrón (también conocido como Cidrón), llego desde la ciudad chilena de La Serena para establecerse en Santiago del Estero. Y fue en esa localidad donde se realizaron los primeros vinos nacionales. Aunque hoy en día parezca impensado, a raíz del caluroso clima de Santiago del Estero, ese fue el escenario del nacimiento de la viticultura en Argentina. Cedrón fue enviado a dicha ciudad porque la misma no contaba con un sacerdote.Y donde hay un sacerdote, hay misa, y donde hay misa, debe haber vino para celebrarla. Según los relatos, Cedrón cruzó los Andes a lomo de mula, con las estacas de vid a cuestas hasta su destino final. Esas vides eran de las cepas Moscatel y Uva País, procedentes de España. Así logro autoabastecerse de vino para sus misas, dando sin proponérselo, el puntapié inicial de una larga historia en un territorio muy próspero.En 1557, los jesuit
as contaban ya en Santiago del Estero con plantaciones importantes para la época. En 1561, cuando Pedro del Castillo hace la expedición fundadora de Mendoza, llevó con él vides, y lo mismo hizo Juan Jufré un año después en plena “colonización” de las tribus Huarpe, que eran los habitantes de la región. También en 1562 se funda San Juan. Se estima que para el año 1564, se obtuvo la primera cosecha en tierras mendocinas.Y con respecto a los mencionados indios Huarpes (de los que se poseen registros prehispánicos), ellos fueron los que se dieron cuenta que para prosperar en un territorio tan inhóspito como Mendoza y San Juan, debían aprovechar y encauzar el agua que descendía desde la Cordillera de los Andes, para utilizarla en el riego de sus plantaciones. Tal fue su eficiencia y su obra hídrica, que gran parte de la red de agua contemporánea en Mendoza, está basada en sus trabajos de hace cientos de años.En lo referente a las ciudades de Mendoza y San Juan, pasaron a ser centros neurálgicos por los cuales ingresaban al territorio las vides provenientes de Chile. Así, impulsado y acompañado por la expansión del Cristianismo, el vino iba copando el país. Para 1598 había viñedos en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Y ni hablar de Misiones, que contaba con una de las plantaciones más importantes entre estos últimos mencionados.En el cultivo de la vid, dominaban con amplia mayoría los sistemas de plantación de “cabeza” (o sea con la forma de un pequeño arbolito) y del “parral español”. Con el correr del tiempo las técnicas se fueron modernizando y modificando. En 1853 el gobernador de Cuyo (región que comprende a Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja), Domingo Faustino Sarmiento, contrató al francés Michel Aimé Pouget.Pouget, que era ingeniero agrónomo, fue el encargado de traer al país las “cepas europeas”, entre las que se contaban las ahora conocidas Merlot, Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, etc. Él también debía reproducir sus plantaciones, y claro está, sus vinos. Su trabajo fue muy amplio y de gran importancia. De hecho, hace unos años, se instauró el 17 de abril como el Día del Malbec en conmemoración al 17 de abril de 1853, que fue cuando se presentó oficialmente el proyecto para crear la Quinta Agronómica de Mendoza -la primera escuela de agricultura del país-, donde Pouget fundaría los cimientos de la vitivinicultura argentina.Finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1919, los vinos argentinos adquieren renombre, ya que su calidad iba en franco ascenso, y las “cepas europeas” daban resultados excelentes en estas tierras y sus climas. Si bien para llegar a obtener productos de altísima calidad había un camino de décadas por recorrer, los cimientos ya estaban muy bien puestos, y las vides continuaban expandiéndose por el territorio.Y a tal punto fue así, que hoy podemos decir que esa expansión no sólo no se ha detenido, sino que continúa con la fundación de nuevos viñedos en zonas hasta ahora inexploradas para la vitivinicultura nacional. Prueba de ello es que las provincias que cuentan con plantaciones de vid, son la amplia mayoría del total, quedando afuera apenas un pequeño puñado que por sus características climáticas no acceden a esa posibilidad. Fuente: devinosyvides.com
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