Martín Monzón, el hombre que confesó haber matado y descuartizado a su mujer en un departamento de la chacra 150, cuenta con custodia especial ante el temor de que entre en crisis y pueda tomar decisiones que atenten contra su integridad.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que el gabinete de profesionales, compuesto por psicólogos y psiquiatras, del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) recomendaron medicar al detenido pero este se negó y rechazó ingerir el fármaco sugerido. La situación pareció complicarse para Monzón desde el instante mismo de su ingreso a la Unidad Penal VI de Miguel Lanús, el día 9. Los otros internos lo recibieron propinándole una buena tunda, razón por la que se quejó a las autoridades del SPP.En ese contexto dispusieron su alojamiento en el pabellón donde se encuentran policías con causas penales pendientes, alejado del resto de la población carcelaria.Desde el SPP reconocieron que el mismísimo juez Ricardo Walter Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo de la causa, solicitó por oficio que se extremaran los cuidados en la protección de Monzón.Fuentes internas de la UP VI consignaron que Monzón se muestra como taciturno, por momentos enajenado de la realidad, desorientado en tiempo y espacio.Entre los policías que comparten pabellón con Monzón se encuentra Daniel Zorrilla, condenado a 18 años de prisión por el homicidio del gendarme José Riquelme de la Cruz, al que atropelló en forma intencional en un control montado en la ruta provincial 4, de acuerdo con la resolución condenatoria del Tribunal Oral Federal de Posadas.Monzón fue notificado el lunes pasado, como informó PRIMERA EDICIÓN en exclusiva, del auto de prisión preventiva dictado por el juez Ricardo Walter Balor.Más temprano que tarde irá a juicio oral y público por los cargos de homicidio agravado por la convivencia y por tratarse de una mujer (femicidio)”, calificación que prevé una condena a prisión perpetua.PosibilidadesEn un principio se especuló con la posibilidad de que Monzón fuera alojado en la comisaría seccional Tercera, de Posadas, donde los detenidos están a resguardo del personal del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).Sin embargo, para una mayor seguridad, el homicida confeso fue llevado a la Unidad Penal VI de Miguel Lanús.Pese a que fue agredido a golpes y patadas por otros internos ni bien ingresó, las autoridades penitenciarias decidieron mantenerlo en ese lugar, aunque alejado de la población carcelaria común, en el pabellón donde se encuentran los policías con causas penales pendientes.Allí, seguramente, permanecerá al menos hasta el inicio del juicio oral y público.En el terreno de la investigación judicial no hubo novedades después de la notificación del auto de prisión preventiva.El juez Ricardo Balor avanza con la incorporación de pruebas y las formalidades de rigor para, llegado el momento procesal pertinente, remita las actuaciones a la fiscal subrogante María Laura Alvárez.Será la representante del Ministerio Público Fiscal la encargada de requerir el elevamiento de la causa a la instancia de debate oral y público, en el que sostendrá seguramente la acusación inicial que prevé una pena a perpetuidad.
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