Las promesas se cumplieron a medias o hubo una falla en la comunicación acerca de lo que querían las 35 familias de la comunidad Ysyry y lo que desde el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha), se habían comprometido a construir. En julio pasado se aprobó la construcción de siete viviendas para las familias, para aquellas que se consideraban de mayor urgencia. Comenzó la construcción hace aproximadamente dos meses – a fines de julio -, tal cual lo habían prometido y, lo mejor de todo es que se construyeron tres viviendas más, lo que hacía un total de diez para las familias de la comunidad.El problema surgió cuando, después de dos semanas de trabajo, las construcciones se detuvieron en las columnas y los techos: no se colocaron paredes de ningún tipo ni cerramientos y las viviendas quedaron así. “Sólo techo y columnas, nada más. Cuando se fueron los constructores le mandamos notas al intendente de Mado para que apure la terminación de las viviendas, porque ahora tenemos techo pero al tener sólo eso es como si no tuviéramos casas. Nosotros pedimos por las casas, la gente siente que no tiene nada”, relató Dalmacio Rojas, cacique de la comunidad, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Rojas aseguró, además, que la empresa encargada de la construcción y sus trabajadores se fueron hace treinta días y hasta ahora no regresaron.“Hace un mes que dejaron de trabajar y no tuvimos más novedades”, indicó. Cuando terminaron con la construcción de los “techos”, llegó hasta Colonia Mado el ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta, para “entregar” de manera simbólica las construcciones. “Se comprometieron a poner los pisos y las paredes, pero hasta ahora nada”, explicó el cacique. Mientras tanto, las familias que esperan las casas aún viven en las precarias viviendas que construyeron a la espera de lo prometido por el Iprodha: tienen paredes hechas con troncos y techos de plástico. “Tuvimos suerte de que no llegó la tormenta a Mado, porque por Puerto Iguazú cayeron piedras”, dijo Rojas en referencia a la tormenta que se desató en el norte de la provincia el lunes 7 de septiembre, “si llegaba, iba a ser muy peligroso porque la gente sigue viviendo en las carpas, porque no tenemos nada de casas”, agregó. Un problema de vieja dataHace años que desde Ysyry reclaman la construcción de viviendas para las familias más vulnerables. Dicho pedido tuvo una respuesta a fines de mayo, cuando Rojas se reunió con Soria Vieta y éste se comprometió a mediar para alcanzar una solución. Sucedió porque a principios de ese mes, Marcelo Mendes, un integrante de la comunidad, asistió con su familia a una celebración en Mado para volver y encontrar que su casa había sido consumida por las llamas. Mendes debió construir una precaria carpa en la que vive. Así también lo hacen varias familias que continúan a la espera de que se terminen los “techos” construidos para poder vivir dignamente. La escuela, otro temaEl 22 de mayo pasado, una viga del techo de la vieja construcción que oficiaba como aula satélite de la Escuela 283 de Mado en la comunidad, por el paso del tiempo y la humedad, se rompió y en su caída, lastimó a una niña de siete años en la cabeza. Debió ser trasladada a un nosocomio y, si bien se recuperó, el miedo hizo estragos en la comunidad escolar.Desde ese entonces, los chicos dan clases a la intemperie porque no quieren regresar a las aulas por temor a que suceda un hecho similar. “La escuelita la comenzaron a construir esta semana y, aparentemente, será de material”, indicó el cacique Ramos.
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