La fórmula del materialismo es siempre belleza y riqueza. Son los valores imperantes y se intercambian entre hombres y mujeres.Mientras tanto, el alma ha quedado asfixiada en este mundo material de las apariencias, ausente de la cultura y relegada a los nichos vetustos de una religión con olor a naftalina.O eventualmente sujeta a una espiritualidad light, impulsada por los gurúes de turno que hacen sus negocios juntos con los medios, pero que rara vez amenaza el paradigma materialista.Por eso pienso que las cirugías- en especial, caen dentro de un diagnóstico más amplio, un mal de época y, por lo tanto, son solo una manifestación más de la crisis del viejo paradigma, donde se busca llenar un vacío espiritual, con cosas materiales.Y es aquí donde quiero poner el foco: nada de lo que hagamos con la imagen de nuestro cuerpo está mal. Todo eso está bien, el tema es confundir lo material con lo espiritual y creer que la autoestima se consigue con una cirugía más. Algo que se puede repensar es si toda esa energía que ponemos en cuidar el cuerpo también las dedicamos al alma. La trampa está en que la más profunda necesidad del alma humana no en material sino espiritual; no es ser deseada sino amada. Y tarde o temprano nos lo hace saber.Haiku No necesitael pétalo a la florpara ser bello.Colabora: Aurora Bitó[email protected]
Discussion about this post