Con la llegada de la primavera, los viveristas capitalinos se enfrentan al desafío de asesorar en la planificación o inicio de un jardín ecológico en entornos urbanos. Principalmente porque hay que ganarle a los efectos de las elevadas temperaturas para mantener el jardín alegre y vivo en una de las temporadas con las olas de calor más intensas de las que la ciencia tenga registro. De hecho, hace más de treinta años que los investigadores del clima y sus impactos advierten sobre el calentamiento global, pero todavía cuesta asimilar que ese futuro ya llegó, que se caracteriza por tener múltiples causas y también porque no tendrá soluciones mágicas, aunque sí posibilidades de mitigar sus efectos, y uno de ellos es realizando pequeños cambios en los comportamientos negativos.María Teresa Zamora es docente jubilada de Biología y administra “Viverarte” un vivero artesanal urbano, donde su familia, esposo e hijas, ponen esfuerzos y capacitación permanente para proyectar este pequeño pero muy importante sistema ecológico en la zona Oeste de Posadas. El vivero con árboles de gran porte en los alrededores, sabe que son seres valiosos porque actúan como reguladores del ciclo del agua y los nutrientes, como refugio de la vida silvestre y en la regulación del clima y es lo que transmiten a sus clientes. La mirada de María Teresa, sobre muchas de las cosas que nos pasan, dice ella “tienen que ver con un problema de educación ambiental, humana, de comportamiento. Es importante entender que la educación para proteger el entorno en que vivimos, empieza en la casa. Cuando van a visitar un vivero, las personas deben preguntar e interiorizarse sobre las características de las plantas que desean plantar”.“Siempre digo que hay que entender sobre todo que no deberíamos limitarnos a nuestro jardín, que está bueno trabajarlo para generar un ambiente lindo, pero para lograrlo es necesario hacer una tarea más grande, salir de mi espacio, proyectarme, interesarme por lo que pasa al lado y aun un poco más lejos, interpretar en serio que está pasando con el ambiente”, señaló durante una larga conversación con este Diario.Según un informe reciente del Instituto Franco-Argentino del estudio del Clima, el Noroeste Argentino será una de las regiones del planeta que más calentamiento experimentará, que de por sí ya tiene temperaturas elevadas en el verano, pero en la magnitud del cambio está destinada a ser una de las regiones más castigadas del planeta por la ola de calor, especificó recientemente su directora, Carolina Vera. ¿Qué hacer? fue la pregunta obligada para los viveristas indagados por PRIMERA EDICIÓN. Patricia, propietaria de “Los Arándanos” contó algunos tips: “Es un gran desafío el tema, de temperaturas muy bajas un día, pasamos al otro con calor insoportable. El secreto es regar poco en climas muy bajos y regar mucho cuando están altos. Sin dejar de lado que hay que aportar nutrientes a la tierra, abonándola”.“Acá en Misiones tenemos algo que no hay que desatender, que es el factor vientos, que es zona de mucho viento norte, entonces se vuelve fundamental no regar las flores, siempre echar agua a la tierra porque así se pueden mantener lindas aunque haga frío o calor, de los contrario las gotas de agua producen un efecto lupa o se escarcha y de esa manera las termina quemando”, confió. Apuntó Carmen Cristina Schwerkart, de “La Floricultura”, uno de los últimos viveros situados en el centro de Posadas: “Las personas tienen que conocer lo que tienen en el jardín, es primordial conocer su comportamiento, saber qué necesidades tienen para cuidarlas”.
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