Una madrugada violenta fue la que padecieron el domingo una mujer y su hijo, como así también una comerciante, a manos de delincuentes armados.Ambos casos, con escasas horas de diferencia, fueron perpetrados en Montecarlo y El Alcázar, respectivamente. En el primero de los hechos, perpetrado a las 2.30 de ayer, dos sujetos encapuchados y con guantes irrumpieron en una vivienda de la calle Facundo Quiroga de Montecarlo y redujeron a la dueña de casa, una jubilada de 61 años, y a su hijo de 39.Los malandras no le dieron tiempo a nada a las víctimas, ya que ingresaron a la casa por una de las ventanas. Apuntándoles con un revólver les exigieron dinero en todo momento ya que tenían información de que la mujer recientemente vendió un terreno. Lo que no sabían los ladrones, es que apenas cobró, la jubilada adquirió otra propiedad, y ya no tenía el dinero en su poder, indicó un portavoz del caso. Las rosas, aliadas imprevistasEnfurecido al saber que no obtendría el botín, uno de los delincuentes, quien tenía un cuchillo, le dijo a su cómplice armado con el revólver: “Pegale un tiro”, en referencia a la mujer. Dicho esto, maniataron con cinta de embalaje al hombre y llevaron al patio a la mujer, con evidentes intenciones de ejecutarla. Uno de los ladrones la tomó desde atrás al tiempo que le presionaba el arma blanca en el cuello. Ante semejante situación y temiendo por su vida y la de su hijo, la jubilada logró zafar del siniestro individuo y tras un forcejeo corrió hacia una zona de rosedales en el fondo de su casa. Ya que conoce de memoria la ubicación de las plantas, aprovechando la oscuridad existente la mujer en su huida zigzagueó entre las mismas, mientras era perseguida por el malandra que portaba el cuchillo. El ladrón se llevó la peor parte, ya que un vecino escuchó los gritos de dolor que les causaban las espinas. Las mismas le rasgaron las prendas de vestir e incluso la capucha quedó enganchada en una de las plantas, siendo luego incautada por la Policía.Ante la presencia del vecino, los delincuentes escaparon sin robar nada. Según se supo personal de la comisaría de Montecarlo montó un amplio operativo, estableciendo que los autores del hecho lograron fugarse tras ingresar en una zona de monte próxima al lugar del fallido atraco. Por su parte, madre e hijo fueron asistidos por médicos locales, quienes diagnosticaron que sus lesiones no revisten gravedad, indicaron voceros de la fuerza. Los efectivos ahora investigan como llegó a oídos de los malvivientes la reciente venta de una propiedad por parte de la jubilada. La gorra de lana gris -con dos orificios adaptados para los ojos y para que haga las veces de capucha- , fue secuestrada, al igual que algunos restos de prendas de vestir que quedaron enganchados en las espinas de los rosedales. Otro violento ataqueEl otro ilícito con características violentas se registró entre las 6.30 y las 7, en una casa de la calle Bernard, en el barrio Belgrano de El Alcázar.De acuerdo a la denuncia, radicada en sede policial, en ese horario un sujeto ingresó a la propiedad, donde además funciona una despensa. Luego de sorprender a la propietaria, una mujer de 63 años, el desconocido la amenazó con un cuchillo y comenzó a efectuarle cortes en uno de sus brazos, en forma intimidante y para que le “entregue dinero”. Tras apoderarse de 12 mil pesos, el ladrón maniató a la sexagenaria y se dio a la fuga con rumbo desconocido. Al parecer la damnificada logró zafar de sus ataduras y dio aviso a los uniformados locales. La escena del hecho está situada en cercanías a la zona urbana de la citada localidad, donde según pudo averiguar este Diario, ya se produjeron otros robos. En ambos casos intervino la Policía Científica para la búsqueda de huellas y rastros que permita capturar a los autores de los atracos domiciliarios.
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