Daniel Scioli y Mauricio Macri afrontan el último mes de campaña tratando de romper con el amesetamiento en el que están sumergidos después de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso). En el lote de tres, está también Sergio Massa quien, según dirigentes del Frente para la Victoria y de Cambiemos, mantiene los votos y refleja un leve crecimiento que, si bien no le alcanzaría para llegar al ballotage, posibilitaría un triunfo peronista en la primera vuelta.La aparición de Scioli y de Massa criticando a Macri en campaña disparó una serie de manifestaciones desde el PRO, denunciando un supuesto “pacto” entre ambos dirigentes peronistas para debilitar al candidato de Cambiemos. Ambos coincidieron el lunes pasado a la hora de encabezar sendos actos proselitistas para dar a conocer sus propuestas y lo hicieron a pocos metros de distancia uno del otro, sobre la avenida Corrientes.Los sciolistas se mostraron exultantes en las últimas horas, con el principal hombre del gobernador bonaerense, Alberto Pérez, sosteniendo que están ganando “en primera vuelta”. Operadores de ese espacio perjuran “sorpresa” porque en las últimas encuestas -que mandaron a hacer- “Macri bajó 3 puntos y se ubica en 28, Massa tiene 20 y Scioli, 42”.Un reflejo de cierto clima triunfalista quedó plasmado en la decisión del candidato del oficialismo de no asistir al debate organizado para el próximo 4 de octubre por diferentes organizaciones no gubernamentales, donde está previsto la presencia de los otros cinco postulantes: Macri, Massa, Margarita Stolbizer, Nicolás del Caño y Adolfo Rodríguez Saá. Nuevos desafíosEn la Argentina, nunca hubo un debate presidencial y, tampoco, parece existir una condena social para quienes, como Scioli, se nieguen a debatir. El macrismo, en tanto, confía en que la idea del “cambio” prevalezca el 25 de octubre, niega que Massa “sea una amenaza” para desalojarlo del segundo lugar en la grilla electoral y ensayan un cambio en la campaña, en el tránsito por el último mes.Cerca del jefe de Gobierno porteño consideran necesario “pasar de una actitud culposa”, originada entre otras cuestiones por el caso Fernando Niembro, “a una ofensiva, diciendo las cosas como son”. “En ésta última etapa vamos a dejar en claro: ustedes son los que ajustaron, los devaluadores y nosotros vinimos a hacer crecer a la Argentina”, sostienen en el PRO.La dificultad, tanto de Scioli como de Macri, de obtener nuevos votos en algún distrito, sin que el espacio de Massa se desintegre, los enfrenta a nuevos desafíos. Scioli focalizará su campaña en la provincia de Buenos Aires, de la mano de intendentes peronistas, pero también de algunos radicales que desfilan por su oficina del Banco Provincia, a metros de la Casa Rosada.Por otra parte, ordenó que los miembros de la mesa chica política como Juan Manuel Urtubey, Maurice Closs, Sergio Urribarri y Omar Perotti, además del economista perfilado en temas de producción e industria Miguel Peirano, visiten Córdoba, Santa Fe y otras provincias.El PRO, en tanto, dice que no se quedará atrás del sciolismo y el massismo y también comenzará a lanzar “distintas propuestas” desde aquí al día de la elección, mientras que designó a Rogelio Frigerio como la cara visible para unificar el discurso económico del espacio y además podría ir anunciando otros hombres que integrarán un eventual gobierno de Macri.
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