Claudelina, en la piel de la actriz Antonella Acuña, recorre los dolorosos momentos de aquellas mujeres violentadas, golpeadas, dañadas psicológicamente y ultrajadas de felicidad. “Abismos” relata con respeto y dolor la violencia de género, desde una mirada estudiada que dirige Silvia González, del grupo de teatro Marechal.Vuelve a escena después de una experiencia enriquecedora en la Casa del Bicentenario de Itaembé Miní, donde algunas de las espectadoras, de manera espontánea, contaron algunas vivencias de violencia. “Lo que más nos marcó de esos relatos fue una mujer que dijo muy firme ‘se puede salir de eso, yo salí’. Y nos quebramos en llanto con Antonella, ella que es tan joven y tan comprometida con el personaje, que en verdad fue creado del relato de gente conocida o cercana”, dijo la directora Silvia González en una charla con PRIMERA EDICIÓN.La pieza se presentará el sábado 10, a las 22, en el Centro Cultural Vicente Cidade (Belgrano y General Paz), contando en esta oportunidad con el auspicio del Colegio de Psicólogos de Misiones. En esa recorrida del escenario céntrico al escenario del barrio, es que la objetiva mirada de la directora la llevó a reflexionar sobre el diverso público y la óptica que cada uno puede manifestar en esos pequeños debates generados al final de la obra. “Después de iniciar temporada en un teatro céntrico, el grupo Marechal se instaló con éxito en Itaembé Miní, donde vivenció otra percepción de la obra por parte de los espectadores. Durante siete funciones consecutivas, en junio y julio, hubo una significativa comunión con el público proveniente de alejados barrios de la ciudad. La mayoría asistía por primera vez a una función teatral”, relató. “Los espectadores, en silencio absoluto, percibían como suyas las penurias de ‘Claudelina’. Al terminar cada representación, se iniciaba el debate. Mujeres de diferentes barrios contaban sus historias de vida marcadas por la violencia de género, a la vez de narrar con orgullo que habían logrado salir de ese flagelo. Algunas arengaban a los espectadores a no permitir la violencia y a luchar para que no se repita más la historia de ‘Claudelina’”, expresó González y destacó que Antonella se muestra cada vez más comprometida con ese personaje.En cada devolución del público femenino encontraban la respuesta al propósito planteado: “Aportar a la reflexión, al debate, y a la exclusión socio-cultural de este flagelo, e intentar impedir que la repetición lo vuelva terriblemente cotidiano. Recordamos que la obra trata sobre una mujer que, desde la más profunda oscuridad del abismo en que se encuentra, se esfuerza por romper sus cadenas”, como motivación para seguir demostrando que desde el teatro comprometido pueden surgir importantes disparadores del diálogo social.Ella -Claudelina- es del interior de Misiones. Ha tocado fondo, y en lucha consigo misma y con el entorno, intenta ver y comprender la realidad. Está encerrada en el propio ámbito escénico. Desde allí, se aferra con desesperación a los seres presentes, y pretende relatarles su vida, para poder verse y que la vean. Esta narración fragmentada se transforma en fantasmas del pasado, que aparecen una y otra vez. Presenta constantemente distorsiones cognitivas.No todo está contado en la obra, el espectador la completa con su imaginación, a la vez de sentirse involucrado directamente en la vida del personaje.“Es el modo que tenemos desde el arte para decir ‘ni una menos’, para comprometernos con la lucha interna de cada mujer que sufre la violencia de género. Es nuestro noble aporte”, finalizó emocionada la directora Silvia González.
Discussion about this post