Funciona en Misiones desde 1992 y es el responsable de múltiples medicamentos que recorren los hospitales públicos de la provincia y los Centros de Atención Primaria de la Salud (Caps) en todo el suelo misionero. Vitaminas, antisépticos, antigotosos, antitusivos-expectorantes, corticoides, antiinflamatorios, anticonvulsivantes, diuréticos e hierro, son algunos de los grupos terapéuticos que se fabrican en el Laboratorio de Especialidades Medicinales del Ministerio de Salud Pública. Inaugurado en 1992 para luego trasladarse en 1997 al predio en el que se encuentra ahora -en el Hospital Baliña-, produce una variedad importante de formas farmacéuticas. “Empezamos con pocas cosas y gente, pero fuimos desarrollando formas líquidas para la vía oral, porque antes era todo para la vía externa, fuimos haciendo gotas de paracetamol, etcétera. Hoy tenemos un listado de casi 70 productos desarrollados para uso interno, para la vía oral y para uso externo, en forma de comprimidos, en formas líquidas y también en crema”, indicó Mercedes Stein, farmacéutica y directora técnica de dicho laboratorio. Dentro del mismo, en una recorrida que realizó PRIMERA EDICIÓN, existen dos áreas diferenciadas: en una se trabaja con las formas sólidas y en otra con las líquidas. “Están en distintos lugares físicos porque tienen diferente infraestructura, distintos equipos y también distintos equipos de trabajo. Cada uno funciona con un responsable y hay tareas programadas: hay un área donde se produce, otra donde se empaca y después está el lugar de control de calidad que es el que supervisa los insumos de partida, el material de envasado como la materia prima, controla los productos intermedios y los terminados”, explicó Stein. Cuando finaliza el proceso, los mismos quedan en una etapa de cuarentena hasta que se chequea toda la información de los registros y los resultados analíticos. Se aprueban y recién ahí se liberan. En ese momento, se dirigen al distribuidor: dichos medicamentos no se comercializan, se distribuyen en el área de salud pública de manera gratuita.La especialidad de la casa son los fitomedicamentos. “En ese caso, los componentes activos, en lugar de ser un producto de síntesis, son un extracto que se obtiene de una droga vegetal, o sea de una parte de una planta”, indicó Stein. Entonces, en el laboratorio se produce jarabe de ambay, cuyo principio activo es un extracto que se obtiene a partir de las hojas del ambay. Se hacen gotas de carqueja, comprimidos de cangorosa y una crema de caléndula, única en la Argentina. Para realizarlas se compran a los productores las hojas secas, se manda al elaborador de extracto, se recibe el mismo y una vez aprobado, se usa. “La ventaja es que un medicamento fototerápico está estandarizado en sus contenidos activos. Entonces tiene un rango de concentración de los activos que es lo que estás ofreciendo; que por ejemplo, cuando se prepara una infusión, que es una manera temporánea de hacer un preparado medicinal, no se sabe. Cuando se prepara un medicamento, se mide el contenido y se ajusta la concentración en el producto terminado, entonces el que recibe, recibe siempre una dosis dentro de un rango estandarizado. Está en una concentración que es terapéutica, hay mucha más seguridad en el producto y está asegurada la dosis terapéutica”, indicó Stein. Durante temporadas normales, en éste que es el único laboratorio en Misiones y uno de los 18 distribuidos entre once provincias, el volumen de producción oscila alrededor de un millón y medio de comprimidos por mes y alrededor de cincuenta mil unidades de cremas o líquidos (algo así como 50 frasquitos o pomos) mensuales. Sin embargo, en los últimos dos años, su producción se vio disminuida y las causas son varias: entre ellas, la falta de insumos para la producción. Hoy en día se produce un 30% de ese valor. Sus trabajadores señalan que es la primera vez en sus poco más de 20 años de historia. “Esto es una industria. Hasta la cosa más insignificante cuando te falta, te puede parar una línea de producción”, señaló Stein. Dentro del mismo hay varios insumos: materias primas, envases y todo lo relativo a la infraestructura. Pero cuando algo falta, surgen los inconvenientes. “Tenemos muchas dificultades en las compras porque no somos un organismo descentralizado”, dijo la directora técnica en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Justamente, ese es el principal problema. “Lo bueno sería poder descentralizar esto que es una industria, que se pueda gestionar por separado y que permita un mecanismo ágil de gestión. Necesitamos funcionar como una industria y necesitamos respuestas rápidas”, pidió Stein.¿Qué pasa cuando falta un insumo?Cuando desde el Laboratorio se dan cuenta que falta algo, el proceso puede ser complicado. Hay que elevar el pedido a la Dirección de Farmacias y allí comienza un largo camino que no siempre llega a buen puerto. “Eso es lo que hizo que la producción esté en baja, hay que mejorar y salir de este círculo vicioso de gestión que no conduce a resultados exitosos”.Además, es más difícil conseguir proveedores que cuando se presenten oferten a precios razonables. “Si tuviéramos un sistema funcionando como una sociedad del estado, o algún otro mecanismo más independiente con una cuenta separada donde se pueda manejar de otra manera con los proveedores, el sistema podría ser mucho más dinámico y ágil”, señaló Stein. Desde el laboratorio no se quedan de brazos cruzados. Es más, han presentado varias propuestas para mejorar esta situación e incluso un pedido para levantar un edificio nuevo y salir del último pabellón al fondo dentro del hospital Baliña. “Todavía falta decisión política de invertir, seguro mirarán prioridades y cuando se decidan, están dadas las condiciones para que eso ocurra”, indicó Stein.Ante esta disminución de producción, lo más probable es que el mercado al que van destinados los productos se resienta, “porque las líneas que nosotros fabricamos no forman parte de la línea de compras, porque son abastecidas por la planta. Entonces, si fallan nuestros sistemas de compras de insumos, tiene que haber un desfasaje, porque se debe gestionar la compra de ese producto faltante y eso lleva un tiempo”, indicó Stein. A la hora de la presentación de licitaciones, hay otras complicaciones. Quien tenga intenciones de presentarse debe estar inscripto como proveedor del Estado y cumplir con varios requisitos. Stein señaló que hay muchos laboratorios o proveedores de otras provincias que, por la cantidad de documentación que se pide o porque no tienen una fecha cierta de pago, no se presentan. Todas estas cuestiones desalientan la participación en las licitaciones. Así es como “fue complicándose el sistema de compra, a veces se prepara todo y no se presenta nadie a ofertar, entonces estamos atados de pies y manos. Si nadie te ofrece para vender no hay salida. Es importante
que se promueva la producción pública, porque los laboratorios públicos permiten regular el precio del mercado. Son un mecanismo de regulación”, finalizó la profesional en diálogo con este diario.
Discussion about this post