El papa Francisco pidió a obispos de todo el mundo durante una polémica reunión de sobre cuestiones de la familia que dejen a un lado sus prejuicios personales y que tengan el coraje y la humildad de dejarse guiar por Dios.Francisco dijo a los 270 cardenales, obispos y sacerdotes este lunes que el sínodo de tres semanas no es un parlamento donde se negocia, se asumen acuerdos o compromisos. En su lugar, apuntó, es un espacio sagrado y protegido donde Dios muestra el camino para el bien de la iglesia.El sínodo debate qué puede hacer la iglesia para cuidar mejor a las familias católicas en un momento en que la tasa de matrimonios está en descenso, el divorcio es un proceso común y las uniones civiles van en aumento.Los conservadores han insistido en la doctrina de la iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio mientras los más progresistas buscan un enfoque más benevolente para las cuestiones que afectan a la familia.
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