Al conversar, una persona parpadea unas 22 veces por minuto; al leer, esta cantidad disminuye a doce o quince; mientras que al estar trabajando en la computadora, el movimiento del párpado suele disminuir aún más: se pestañea apenas cinco veces por minuto y en ocasiones, menos.
Esto se debe a la concentración que se produce frente a la pantalla, la que hace que disminuya el parpadeo y aparezca lo que se denomina “ojo seco”.
Por este motivo, la utilización de dispositivos con pantallas como las computadoras, celulares y televisión varias horas por día se encuentra entre las principales causas de fatiga ocular.
Esta afección es producto de los esfuerzos que los ojos realizan para proporcionar una mejor visión. También se la conoce como astenopía y engloba todos los trastornos y molestias que aparecen en relación con la visión y es la principal causa del cansancio y la irritación ocular.
Factores múltiples
Además del uso de estos dispositivos electrónicos, que son cada vez más usados en el ámbito laboral y también en el tiempo libre y entretenimiento, hay otros factores que afectan a la vista.
Los más comunes se relacionan con la no utilización de anteojos -porque el paciente no sabe que los necesita- o a la incorrecta utilización de los mismos.
Otras causas pueden ser la mala iluminación de los ambientes -escasa o excesiva-, la polución ambiental y los sitios cerrados aptos para fumadores.
Más desconocida pero no por ello menos incidente es la influencia de aparatos de calefacción, aire acondicionado y ventiladores, que provocan la evaporación de la secreción lagrimal, impidiendo que el ojo se humecte correctamente.
Síntomas
Cefalea, cansancio ocular, sensación de un cuerpo extraño en los ojos, sequedad ocular, enrojecimiento de la zona e inflamación del borde libre de los párpados son algunos de los síntomas más habituales cuando hablamos de astenopía.
Asimismo, puede manifestarse como falta de concentración o desgano al leer.
¿Cómo prevenirla?
La mejor manera de prevenir estos síntomas es concurrir periódicamente al médico oftalmólogo, quien se ocupará de controlar el estado de nuestra salud visual y monitorear periódicamente su evolución.
En muchas ocasiones resulta necesario incorporar el uso de anteojos tanto para corregir las ametropías -miopía, hipermetropía, astigmatismo- como para intentar bloquear los reflejos y hacer más confortable el trabajo cotidiano frente a las pantallas.
Otras veces se recomienda la aplicación de lágrimas artificiales para prevenir o tratar síntomas relacionados con la sequedad ocular.
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