BRASILIA, Brasil (AFP y Agencias). Las principales organizaciones del país instaron a la presidente Rousseff a derogar el texto aprobado por la Cámara de Diputados el miércoles. Consideran que, de no hacerlo, el país debe cancelar Río+20 por ser incoherente en sus políticas.“El absurdo fue victorioso en Diputados. La mandataria tiene que vetar este código forestal. Si no lo hace, lo mejor sería cancelar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible porque Brasil se convertiría en el anfitrión más sucio de ese tipo de conferencias”, afirmó el encargado del Instituto Socioambiental, Raúl Telles. Reconoció, además, que la derrota del oficialismo en la Cámara baja -que rechazó el proyecto defendido por el Gobierno- dejó a Rousseff “en un callejón sin salida”, ya que una derogación generará un deterioro en las relaciones entre el Ejecutivo y el Congreso. “Si lo veta, y tiene que hacerlo, enfrentará una pelea histórica con el Parlamento”, reconoció. El coordinador de la campaña Amazonia de Greenpeace, Paulo Adario, también exigió el veto presidencial del código, al que consideró “un retroceso decisivo que abre el camino al inicio del fin de los bosques de Brasil”. “A Dilma sólo le queda una alternativa. Ella tiene que demostrar a los brasileños que está a la altura del cargo que ocupa y que conquistó al prometer a los electores que no permitiría amnistía a criminales ambientales ni tampoco nuevas deforestaciones”, aseguró. Para los ambientalistas, los diputados de la “bancada ruralista” -que según ellos representan los intereses de los terratenientes- le quitaron al documento el carácter de marco regulatorio de la preservación ambiental.
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