POSADAS. “Carne de Santa Fe, de Primera. Oferta”, reza el cartel en una carnicería del sur posadeño, sobre una avenida que hasta hace pocos años era de tierra. Si no fuera por el lugar de procedencia, la marquesina no faltaría a la verdad: la mercadería que se vende en el lugar es de exportación y a un precio incomparable, pero no proviene de las pampas húmedas, si no de mucho pero mucho más cerca.Ayer, en la primera parte de este informe, PRIMERA EDICIÓN conoció junto a sus lectores la realidad que viven innumerables productores ganaderos de la Zona sur de Misiones y del norte de Corrientes, asolados por bandas de “cuatreros” que atacan sin piedad y causan importantes daños económicos.Hoy, en la continuidad de un material exclusivo, la otra parte del circuito del mercado negro de la carne: desde el campo a la mesa, cómo y cuánto cuesta la mercadería que proviene del abigeato y que en muchos lugares se vende como si se tratara de una transacción legal. Además, la ausencia de controles que dan lugar a engaños y permiten “hacer pasar gato por liebre”. O en este caso, carne de caballo por carne de vaca, literalmente.Una técnica aceitadaComo lo contaron ayer en primera persona los principales damnificados, todo comienza con la desaparición de los animales de los campos que “marcan” los cuatreros antes de actuar. Llegan de noche o a plena luz del día -muchas veces en botes, desde el Paraná o sus afluentes- y, casi siempre con la complicidad de mezquinos o nulos patrullajes de las autoridades, depredan las estancias o territorios de pequeños productores.“Generalmente aprovechan por la tarde. Llegan y matan a los animales de un tiro en medio de la cabeza con un rifle calibre 22 o similar, porque ese tipo de arma hace poco ruido y les permite actuar sin ser sorprendidos”, relata una fuente de extrema confianza que trabajó en diversas investigaciones sobre abigeato.El informante revela que, si bien no existe una sola modalidad, desde su experiencia observó que es común que los cuatreros “maten por la tarde, le ‘hinquen’ al animal en el corazón para que se desangre, y vuelvan a buscarlo recién por la madrugada. Desde lejos, la vaca parece que está rumiando y entonces, si no te acercas, no te das cuenta de lo que realmente está sucediendo”.¿Porqué estos “bandidos rurales” desangran a los animales? Porque si no lo hacen, la sangre entra en estado de putrefacción y echa a perder la carne, el tesoro por el que se arriesgan los ladrones. “Si le ‘hincás’ en el corazón, el animal se desangra en no más de dos o tres minutos. Después, si tienen tiempo, les sacan las vísceras, la cabeza y las patas y huyen del lugar con el botín”, añade.A la ventaLa faena se realiza en otro lugar y los trozos del animal sacrificado siguen entonces su camino por el circuito del “mercado negro de la carne”.El traslado se realiza de cualquier manera e incluso suele tener tintes bizarros, como el caso que saltó a la luz el pasado 25 de abril, cuando el conductor de un VW Gol fue detenido por la Policía en Apóstoles con dos vacas recientemente faenadas en el baúl En pocos casos la carne termina en manos del cuatrero, es decir, “para consumo personal”. Casi siempre, la mercadería se vende en alguna carnicería periférica o es el propio delincuente quien la ofrece a los vecinos.“El comerciante sabe que está comprando carne robada, pero la Justicia muchas veces es flexible y los carniceros se amparan en que la compraron ‘de buena fe’”, cuenta el informante.Al público, la mercadería se vende a precios incluso más bajos que los que reflejan los sospechosos índices del Indec. En los puntos de venta, el kilo de carne vacuna se consigue a 15 pesos o, por ejemplo, una pieza única de costilla de novillo de buena calidad, a 20. Es decir, a casi la mitad de lo que cuestan en el mercado legal.Sin embargo, como dice el saber popular, muchas veces lo barato puede salir caro. Y los cuatreros o comerciantes estafadores no tienen escrúpulos para maximizar sus ganancias.“El año pasado hubo una ola de robo de equinos en la zona de Nemesio Parma. ¿Por qué? Porque la carne de caballo es más barata y en el mercado negro se puede conseguir a 7 pesos el kilo. En general, esa carne la utilizan para hacer esos chorizos en oferta que suelen ser sospechosamente baratos. Le ponen un poco de tocino, mucho condimento para disimular el sabor, y listo. En ese sentido hay que tener mucho cuidado”, confía la fuente, que vio ese tipo de engaño con sus propios ojos en varios operativos realizados durante 2011.En el final del circuito, los dividendos entran al bolsillo y enriquecen a todos los eslabones del “mercado negro de la carne” que funciona en Misiones y Corrientes. “Hay gente que se dedica exclusivamente a esto”, revela el portavoz antes de finalizar. Y no es para menos. Es que el dinero queda para ellos aunque, como lo decía el cantautor Atahualpa Yupanqui, “las vaquitas son ajenas”. Y robadas. Los puntos calientes en la provinciaAdemás de los casos relatados ayer en Nemesio Parma y el norte de Corrientes, distintas fuentes coincidieron en señalar que existen otros puntos calientes en el mapa de la provincia.Por ejemplo, no hace falta salir del departamento Capital para encontrarse con San Isidro, el paraje recientemente urbanizado ubicado sobre la ex ruta provincial 213, donde meses atrás se llevaron adelante operativos y se secuestró carne robada. Además, muchos productores de la zona denuncian constantes robos y la Policía hasta llegó a montar operativos sobre ese camino, marcado como uno de los lugares de ingreso y egreso de carne robada.Otro de los puntos calientes del abigeato en Misiones se encuentra en la zona de Montecarlo, donde la fuente asegura que “hasta llegan a atarle una piola a los animales y los pasan nadando por el Paraná, que en algunos lugares es muy angosto”.Un informante de aquella zona confirmó que en esa jurisdicción se registraron varios casos, pero aseguró que después de innumerables operativos, los cuatreros se calmaron.De todas maneras, las denuncias parecen haberse trasladado ahora a la zona de Santiago de Liniers y 9 de Julio, cerca de Eldorado.
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