BERNARDO DE IRIGOYEN. Un jornalero de 53 años fue detenido como principal sospechoso del homicidio de Celso Silva (38), quien fue baleado y luego degollado en una emboscada perpetrada en plena vía pública. El arresto del presunto asesino se concretó el pasado viernes tras un allanamiento en su domicilio, en el barrio Santa Rita de la localidad de Bernardo de Irigoyen. Durante el operativo los efectivos incautaron un arma de fuego y proyectiles, que podrían ser de interés para la causa. El crimen de Celso Silva fue perpetrado el pasado viernes 23 de marzo a las 21.30, en el paraje Dos Hermanos del citado municipio. La infortunada víctima, quien a esa hora salía de un bar, fue interceptada en la calle por al menos dos o tres sujetos, quienes le dispararon a quemarropa y luego lo ejecutaron cortándole la yugular y ocasionándole una mortal hemorragia. Tal como publicó en su momento PRIMERA EDICIÓN, desde la investigación policial se manejó como principal hipótesis que el motivo del crimen fue por “ajuste de cuentas”. AllanamientoDurante el último viernes efectivos policiales con Orden del Juzgado de Instrucción 1 de la ciudad de Eldorado requisaron la vivienda del sospechoso, ubicada en el barrio Santa Rita de Bernardo de Irigoyen. En la ocasión los uniformados detuvieron al ocupante del inmueble y tras arrestarlo secuestraron un revólver calibre 38 con tres proyectiles. Estos elementos serán peritados por personal de la Policía Científica de la Policía de Misiones. En ese sentido se supo que las pruebas de balística podrían ser fundamentales en la causa. Tanto los elementos incautados como el detenido quedaron a disposición del juez Roberto Horacio Saldaña, a cargo del citado Juzgado. AntecedentesTras el homicidio de Silva desde la policía indicaron que la infortunada víctima registraría antecedentes por tráfico de estupefacientes y delitos contra la propiedad (más precisamente robo de motos). A partir de estos indicios los efectivos comenzaron a investigar en el entorno del fallecido y todas aquellas personas con las que quizás tuvo contacto días previos al sangriento episodio. De esta manera los uniformados fueron reconstruyendo los últimos movimientos de la víctima, hasta llegar al sospechoso, de quien no trascendió aún si también cuenta con “entradas previas” a las comisarías de la zona. Todo apuntaría a la citada hipótesis, ya que pocos sabían de la presencia de Silva en el paraje Dos Hermanas, donde aparentemente tenía una pareja (era oriundo de Eldorado). “Lo esperaron a que saliera del bar y allí, tras emboscarlo, lo mataron a sangre fría”, reveló un informante en aquella ocasión, lo que habla a las claras de que existió premeditación. Un prófugoDesde la policía señalaron que existe un segundo sospechoso que ya estaría identificado. Se cree que este individuo -cuyos datos no trascendieron- también participó aquella noche del homicidio de Silva y que se domiciliaría en las cercanías del lugar del hecho. Inusual sañaAquel viernes 23 de marzo a las 21.30, en una calle del paraje Dos Hermanas, a la vera de la ruta provincial 17, Celso Silva, esperaba el colectivo tras haber estado en un bar de la zona. En esas circunstancias se habría aproximado un automóvil o motocicleta (una vecina afirmó que oyó ruido de motores). Luego, a los pocos segundos, la testigo dijo que escuchó estruendos similares a disparos de arma de fuego. Efectivamente, a metros de la casa de la única testigo, se producía un crimen atroz. Silva fue emboscado por el o los asesinos, quienes abrieron fuego contra su humanidad. Una bala le perforó el pecho de lado a lado (se cree fue un revólver calibre 32), y otros dos proyectiles impactaron en la cabeza. No conformes con acribillar a la víctima, le cortaron la yugular, ocasionándole abundante pérdida de sangre. Silva fue hallado tendido en la vía pública y sobre un charco de sangre. El crimen tuvo un sello mafioso y desde esa misma noche los pesquisas lo vincularon con un posible ajuste de cuentas relacionado con el contrabando de drogas o venta de motocicletas robadas, tanto en Brasil como en Argentina (que es “moneda corriente” en la zona), e intercambio o “canje” de estos vehículos por estupefacientes.
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