PARÍS, Francia (AFP y Agencias). “Estoy orgulloso de haber sido capaz de devolver la esperanza”, dijo François Hollande al enterarse de los resultados del ballotage donde fue elegido como nuevo presidente francés. En tanto, Nicolas Sarkozy reconoció su derrota y deseó “suerte” a su sucesor, que será el segundo socialista en llegar al Palacio Eliseo luego de François Mitterrand.Según los institutos de sondeos CSA, TNS Sofres e Ipsos, el candidato socialista obtuvo 52% de los votos, frente a 48 de su rival. Las estimaciones del instituto Harris Interactive oscilan entre 52,7 y 53,3% en favor de Hollande. La participación, de acuerdo con Ipof, rondará el 81,5%, por debajo del 83,8 alcanzado en las presidenciales de 2007. Minutos después de que cerraran los centros de votación, Nicolas Sarkozy asumió “toda la responsabilidad de la derrota” y afirmó que Hollande es “el nuevo presidente de Francia y debe ser respetado”. Además, según reporta Le Monde, el mandatario dijo a sus partidarios que no dirigirá “la batalla por las legislativas”, para la que les pidió que sigan unidos. “Estoy próximo a convertirme en un francés más entre los franceses”, admitió. El cambioHollande, por su parte, se dirigió a sus simpatizantes en Tulle (centro). “Los franceses acaban de elegir el cambio”, afirmó eufórico, al decir que estaba “orgulloso de haber sido capaz de devolver la esperanza”. El socialista prometió ser “el presidente de todos”. Reiteró además su compromiso en favor del crecimiento económico en un continente en crisis. “Hoy, responsable del porvenir de nuestro país, mido también que Europa nos mira. En el momento en que el resultado fue proclamado, estoy seguro de que en no pocos países europeos se sintió un alivio, una esperanza, la idea de que por fin la austeridad no puede ser una fatalidad”, dijo.El escaso margen en la victoria de Hollande es semejante a la que consiguió antes de su primer mandato el único socialista que gobernó Francia con anterioridad, François Mitterrand (1981-1995). El triunfo de un hombre “normal”El perfil de un hombre que sorprendió por su ofensiva y derrotó a Nicolas Sarkozy. El socialista François Hollande, elegido ayer presidente de Francia, era considerado un político “blando”, pero se impuso con una campaña impecable y a fuerza de tenacidad, capitalizando el rechazo al mandatario saliente. Hollande fue primer secretario del Partido Socialista (PS) durante once años (1997-2008). Diputado del departamento rural de Corréze, no parecía tener el carisma que exige en Francia la elección presidencial. Hasta poco antes de la campaña, nadie apostaba por él. No tenía el caché del ex director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, un brillante economista, ni de su ex compañera Ségoléne Royal (derrotada por Sarkozy en los comicios de 2007), que alimentó una relación emotiva con los franceses. Sin embargo, tuvo olfato para percatarse de que los franceses estaban hartos del “hiperpresidente” Sarkozy y de su “exhibicionismo permanente”, ante lo que prometió una presidencia “normal”. Nada permitía prever que llegaría a la segunda vuelta de la presidencial. Strauss-Kahn era el favorito de los sondeos y de la prensa para ser el candidato socialista. Hollande había lanzado semanas antes su campaña, pero los observadores estaban convencidos de que su carrera hacia la elección se interrumpiría en el camino, sin llegar muy lejos. Los problemas judiciales pusieron punto final a la carrera política de Strauss-Kahn. De 57 años, nació en el seno de una familia de provincia en Ruán, hijo de un médico y de una asistente social. Estudió en la ENA, prestigiosa escuela de administración y vivero de la elite política francesa.
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