POSADAS. La imprenta Filadelfia nació hace 53 años en el mismo espacio en el que funciona actualmente, sobre calle San Luis casi La Rioja, de la mano de Floriano Benítez Báez, tío y padre adoptivo de quien ahora es su propietario, Miguel Ángel Ibarra.Benítez Báez fue un “histórico” de las artes gráficas, pues según su sucesor fue secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) en representación del gremio de los gráficos. “En esa época era muy fuerte. Luego se fue debilitando, a tal punto que hoy se recuerda nada más que como una mención, ya no se festeja a lo grande como antes”, recordó Ibarra, que empezó a trabajar en este lugar a los nueve años.Por aquel entonces “las artes gráficas eran artes gráficas, era un oficio para el que no había escuelas. La escuela era el taller, no había otra manera. Ahora se estudia la parte didáctica en las universidades pero para encarar el trabajo a través de la informática. Antes era el taller, la tipografía”.Ibarra aseguró que de imprenta “conocemos bastante, porque nacimos como imprenta y como sello y seguimos. A través del tiempo tuvimos que cambiar algunas cosas forzosamente porque los adelantos, la modernidad, así lo requieren. Trabajamos mucho en lo que respecta a tarjeterías sociales, como enlaces, quince años, bautismo, comunión, porque hay cosas a las que la computadora no llegó aún. En ese tema tenemos que conversar bastante hasta saber lo que quiere el cliente antes de ponerlo en práctica. Entonces por lo general hacemos una muestra para que la persona manifieste su conformidad, porque el texto, el modelo, el papel, la cantidad, el color, todo varía. Creo que somos los únicos que quedamos y que nos mantenemos”.Indicó que la experiencia en el tema de la tipografía “es muy valiosa y eso solamente se aprende con el tiempo y en el taller. Se empezaba de cadete, limpiando tipografía y a partir de ahí se iba metiendo en el taller. El gráfico tiene que tener de por sí las ganas de hacer y el gusto, porque te dan un texto y vos tenés que darle la forma para que sea una cosa agradable. Tiene que ser creativo y esa creatividad está en uno”. Manifestó que a través del tiempo “estuvimos presentes en todo el ámbito comercial, bancario, de las fuerzas de seguridad, aduanero, proveyendo impresiones y sellos. Seguimos haciendo sellos, aunque no en la misma cantidad. Mantenemos el sistema tradicional de hacerlos con tipografía y en goma, que es la mejor calidad. Hoy se utiliza mucho un material que se llama polímero, cuya forma se da en la computadora. Es más práctico, más limpio, más fácil de hacer, pero no tiene la calidad ni la durabilidad de la goma”.Cuando falleció don Benítez Báez, hace doce años, “teníamos muchos empleados, ahora tuvimos que reducir el número porque el volumen de trabajo de imprenta ya no es tanto, pues cada empresa tiene su propia impresora. Antes dependía totalmente de la imprenta todo lo que respecta a sobres, formularios. Ahora, salvo que sea especial, cada uno usa su papelería”. Evocando el primer convenio laboral, se recuerda hoy el Día del GráficoLa elección del Día del trabajador gráfico se remonta al primer convenio laboral que obtuvo el gremio en 1950; cuya rúbrica se imprimió en la ciudad de Buenos Aires. Desde el advenimiento de la imprenta en Europa y su llegada a Latinoamérica los hombres de imprenta tienen un papel importante en el avance de la sociedad en distintos campos. Gracias al empeño de quienes aman la profesión, las incipientes y modestas maquinarias de otrora dieron paso a los avances tecnológicos que sitúan a la industria gráfica del país entre las más competentes de la región.El 17 de junio de 1950 se firmó la primera convención colectiva nacional para todos los trabajadores de la industria gráfica de Argentina (obra y diarios). La gestión estaba muy trabada y al borde de la parálisis. Pero al empuje del gremio se sumó un especial interés manifestado por Eva Perón, entonces los trabajadores gráficos pudieron contar con el valioso instrumento que implica un convenio colectivo de carácter nacional, válido para todos los sindicatos gráficos del país, pues hasta ese entonces eran locales, se discutían por empresa o ciudad. Una de las cláusulas de ese primer convenio, la 12, establecía el 7 de mayo como el Día del Trabajador Gráfico.
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