POSADAS. El acto recordatorio por el 156º aniversario de la creación de la Policía de Misiones -que se cumple hoy- fue realizado ayer por la mañana en el salón auditórium de la Jefatura de Policía.A la ceremonia asistió el ministro de Gobierno, Jorge Daniel Franco; y el jefe de la Policía de Misiones, comisario general Jorge Héctor Munaretto, a quienes acompañaron el subjefe de Policía, comisario general Víctor Armando Rutschman, integrantes de la Plana Mayor, diputados nacionales y provinciales, jueces del foro local, funcionarios provinciales, militares, fuerza de seguridad, eclesiásticas, oficiales jefes y subalternos, suboficiales, agentes, personal policial retirado y familiares. Al referirse a la celebración, Munaretto destacó que desde los primeros tiempos la institución, con errores y aciertos, viene acompañando a la sociedad, que crece vertiginosamente y hoy más que nunca exige de los policías el compromiso serio de brindarse a la comunidad que tanto espera de ellos.El ministro Franco destacó que se están viviendo momentos trascendentes, desde todo punto de vista, y que los distintos cambios y procesos de exclusión social de distintas partes del mundo generan modificaciones respecto a la seguridad ciudadana. Tal es así que la seguridad ocupa el segundo lugar en la agenda de los misioneros. “Ante estos desafíos debemos formar efectivos íntegramente preparados para la protección de los misioneros y sus bienes, además de incorporar más personal y tecnología”, dijo. Agregó que “debemos aprender de los desaciertos para no volver a cometerlos y, en el marco de una profunda autocrítica a la que me convoco y los convoco, observar una actitud serena y responsable ante temas muy importantes, como es el ingreso, el sistema jubilatorio, las edades y tiempos de permanencia de nuestros integrantes”.El propósito es “poner todo el esfuerzo necesario y posible para que el hombre o la mujer policía y sus familias tengan la contención necesaria y estén bien”, señaló. En nombre del Gobierno y pueblo de Misiones “queremos rendir un homenaje a nuestra Policía y sus familiares a los que están y los que partieron, a aquellos que salen todas las mañanas de sus casas sin saber si volverán, a aquellos que con frío, calor o lluvia están firmes cumpliendo su misión. No hay palabras ni gestos que demuestren materialmente este reconocimiento, pero es bueno trasmitirlo públicamente y en ese marco los convoco nuevamente a la vocación de servicio, al esfuerzo compartido”. Durante la ceremonia se hizo entrega de plaquetas a los oficiales superiores que cumplen 25 años de servicio permanente en la institución. También, como es habitual, la Institución Policial otorgó un justo y merecido reconocimiento a aquellos policías que se destacaron en su labor de servir a la comunidad, poniendo en riesgo su propia vida y demostrando verdadero sentimiento de vocación de servicio a sus semejantes. La primera medalla de oro “Jefatura de Policía” fue para el oficial ayudante Gerardo Corbo, por su destacada participación en el rescate de una mujer que había caído a un pozo de agua de veinte metros en el barrio Primavera de Eldorado. La entrega se efectuó ayer por la tarde durante un acto realizado en la Unidad Regional III, en la Capital del Trabajo. La segunda, de la “Fundación Zichowski”, fue recibida por el cabo Leonardo Alberto Pereira con prestación de servicios en la comisaría de Cerro Corá, quien resultó herido tras un enfrentamiento con dos jóvenes que momentos antes habían lesionado a otro policía. Para culminar con la jornada festiva, en horas de la noche se realizó una misa de acción de gracias en la catedral de Posadas, con la asistencia de autoridades policiales, invitados especiales, familiares y amigos. Creado para la protección de los yerbalesAllá por 1856 la situación de Misiones era muy difícil en lo que respecta a la seguridad. La codicia era uno de los males que debían soportar quienes se defendían de los intrusos que se llevaban todo cuanto encontraban a su paso, en especial la yerba mate, que fue el primer aliciente de los colonos que venían a radicarse en la zona. A raíz de esos hechos, surgió una custodia que iría marcando el orden en todos los confines de Misiones: el primer cuerpo militar-policial para brindar la seguridad a los habitantes.El 8 de mayo de 1856 surgió en Corrientes un instrumento legal-decreto: “Creando una jefatura Militar en Misiones, para la Policía y protección de los yerbales”. Para ello se asignó al sargento Lino Martínez, perteneciente al Régimen 3 de línea, con asiento en Siete Puntas, que partió desde Corrientes con varios hombres y cabalgaduras para recorrer el incierto camino hacia Misiones. Después de varios días y de vivir diversos sucesos, culminaron el viaje en el paraje San Javier, donde se fundó la primera Jefatura de Policía de Misiones: un rancho de madera, paredes de adobe, techo de paja, que albergaba a treinta personas, entre policías y familiares. A los pocos días comenzaron a distribuirse. La mitad se estableció en esa comisaría y los demás en otros destacamentos de la región. Esa presencia en casi todo el territorio permitió llevar la seguridad e impartir justicia en los lugares donde eran requeridos, vistiendo el uniforme que los caracterizaba. Los oficiales usaban chaquetilla azul marino en paño para invierno y verano, sin cuello, doble hilera de botones dorados, pantalones semi-bombacha, haciendo juego con la chaquetilla, casquete medio cono, botas caño largo, cinturón ancho de cuero negro, con pistola y porta sable. Los agentes vestían chaquetilla corta tipo campera, con cuello de invierno y verano, ambos de color gris claro, igual que el casquete, bombacha, ceñida a los pies hasta la rodilla por polaina de cuero que cubría el calzado, las tradicionales alpargatas, sujetaban la bombacha con una rastra o cinturón bien ancho. En invierno llevaban un poncho que los cubría hasta las rodillas, color verde petróleo.El jefe de policía o comisario portaba un sable con empuñadura de cuero tallado revestido en la parte exterior en bronce trabajado y un revolver calibre 44. El agente estaba armado con un sable largo de caballería con una empuñadura de madera y chapa, una carabina Remington de un tiro a bala, provisto por la institución. Su acción iba más allá de lo estrictamente policial. Comprendía funciones sanitarias, de obras públicas y municipales. Todo esto era planeado en esa pequeña unidad con grandes responsabilidades,
para asegurar la ejecución de las leyes y de esta manera defender la libertad de los ciudadanos. Los primeros pasos del áspero y rico territorio misionero hablaban de una población aislada, hasta que apareció la Policía, como sinónimo de seguridad y de organización. Esta aparición hizo que se formaran pequeños grupos de habitantes en torno a la institución en busca de protección, formando así algunos de los actuales pueblos misioneros. El policía de 1856 debía realizar actividades que muchas veces escapaban de su misión estricta, sin embargo eran funciones que tenía que cumplir por ser la mayor figura de autoridad de la época. Hoy el rol del policía tiene sus semejanzas al de aquellos tiempos, ya que son innumerables los ámbitos en los que actúa. Estas actividades al servicio de su comunidad están basadas en la permanente vocación de servicio y amor al prójimo, actuando como partero, administrador de primeros auxilios, rescatista, mediador, docente y cuanta función se requiera ante situaciones adversas. Salutacióndel jefe policialEn el marco del 156º aniversario de la presencia policial en nuestra provincia, el jefe de la Policía de Misiones, comisario general Jorge Héctor Munaretto, se dirigió a cada uno de los integrantes de la familia policial y a sus seres queridos “testimoniando mi afectuoso saludo y especial reconocimiento al esfuerzo y la dedicación cotidiana en bien del servicio al cual nos debemos.Que esta fecha tan significativa nos permita reflexionar en la historia y de sus principios fortalecernos para engrandecer con dignidad y humildad la honrosa profesión que elegimos y el prestigio institucional. El reconocimiento a nuestros policías muertos en el cumplimiento de su deber y que han dignificado nuestra profesión. Acompaño en su dolor a sus familiares, amigos y compañeros del servicio. Que Dios bendiga a la familia policial, permitiendo que esta fecha y todos los días sean compartidos con alegría y felicidad cristiana”. Trece mestizos adiestradosLa Policía de Misiones, desde hace muchos años cuenta con una división especial de gran utilidad para las diferentes actividades específicas policiales que lleva el nombre de Policía Montada. Actualmente cuenta con trece animales equinos mestizos (raza criolla y percherón) adiestrados para intervenir en el control de manifestaciones, patrullaje urbano y rural y eventos sociales. El predio policial cuenta con quince hectáreas en las que se realizan las actividades de mantenimiento y cuidado de los equinos que están a cargo de un veterinario. Entre los más antiguos están Cabezón, Forastero, Facundo, Martín Fierro, Antares, Chaqueño, Malevo, Cóndor, Sorpresa, Kun Fú, Tornado, 4 de Copas y Pancho, que cuentan con un legajo y son considerados por todos los efectivos policiales como un compañero de trabajo más. La división posee doce efectivos policiales, encontrándose al frente el subcomisario Luis Roberto Escumbarti, secundado por el oficial auxiliar Juan Carlos Ibarra, capacitado en Adiestramiento de Animales, y el agente veterinario César Sebastián Patiño. “El perro es el mejor amigo del hombre” Realmente ésta frase se cumple casi a rajatablas en la División Brigada de Canes de la Policía de Misiones, ya que los 16 perros de esa unidad especial se ganaron con creces su merecido lugar. Cada animal tiene su propio guía, entre ellos existe un vínculo muy fuerte, basado en la obediencia y el respeto mutuo. Su trabajo es muy variado, están adiestrados para realizar recorridas de prevención, búsqueda de narcóticos y personas, además participan en distintos eventos público con exhibiciones. El adiestramiento básico de los canes se realiza entre los ocho meses y los dos años y está basado en la obediencia. Para ello el guía utiliza su voz y gestos con la mano. Son atendidos permanentemente por el veterinario de la institución, quien se encarga de mantenerlos saludables. Actualmente se encuentra al frente el comisario Rudi Joner, quien se halla realizando el primer curso en Sudamérica de “Adiestramiento de perro lazarillo, guía de ciegos”, en la República del Uruguay, acompañado del oficial auxiliar Hugo González y personal policial capacitado en el trabajo con canes. Los perros son de diferentes razas y se llaman Santo, Luna, Prince, Tango, Nina, Cheka, Ness, Zuluk, Shira, Fantasma, Sasha, Samuel y Lola, entre otros. Su trabajo es efectivo hasta los diez años de vida, después son entregados a sus propios guías para su cuidado o son donados a otras familias. La tarea conjunta los hacen compañeros inseparables.
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