POSADAS. “Todos nosotros tenemos que estudiar y terminar para poder tener un trabajo seguro. Estoy en tercer grado y quiero terminar completo, después seguir la secundaria”. Aurora (27) deposita toda su confianza en la educación. Y aunque tal vez no sea tan sencillo conseguir ese “trabajo seguro” para mantener a su hijo de cinco años, la Escuela de Adultos 58 le ofrece herramientas valiosas para la vida. Porque a través del aprendizaje y de fijarse claras metas, como terminar la primaria y aprender un oficio que podrá ser la semilla de un emprendimiento laboral, también desarrolla la autoconfianza personal.“El eje transversal de nuestra escuela son los valores humanos”, señaló a PRIMERA EDICIÓN la directora, Susana Bonetti, durante una visita al establecimiento que funciona hace cuatro años en Jauretche y Santa Cruz -chacra 248- de esta ciudad, a contraturno de la Escuela 835. Tal como destacó, además de aprender contenidos, en el día a día, los alumnos fortalecen la confianza en sí mismos y en sus capacidades, la perseverancia y el compromiso.Y juntos, docentes, alumnos y sus familias se involucran y cooperan para aplaudir los logros y afrontar los contratiempos, como los diez robos que sufrieron en enero, cuando se quedaron sin garrafa para la cocina, sin máquina de coser para el taller de costura y con los baños destruidos.Espacio de diálogoTodos los días, una vez que culminan las clases de la 835, las puertas de la escuela se abren para los jóvenes y adultos que vienen a terminar la primaria. La mayoría llega luego de una jornada laboral muy cansadora pero, así y todo, predispuestos a aprender. Al llegar a clase, mientras meriendan con chocolate o matecocido, hay siempre un espacio de diálogo, para conversar sobre cómo fue la jornada de cada uno en su trabajo, sus inquietudes, etcétera. “Siempre les digo a los docentes que por lo menos quince minutos en la apertura de la clase se debe escuchar a los alumnos, se trabaja mucho el diálogo. Y los viernes, cuando terminamos las actividades, nos reunimos los docentes para evaluar cómo nos fue, qué podemos mejorar, etcétera”, dijo Bonetti, destacando que con esas sencillas estrategias lograron grandes cambios positivos en los estudiantes: “En cuatro años es una belleza como han mejorado, se llaman por el nombre, antes sólo lo hacían por el apodo, se respetan. Hay chicos que se recuperaron en su aspecto, ellos entendían que ser humilde justificaba la falta de higiene. Hoy vienen limpitos, prolijos. En la clase de lengua trabajan textos relacionados con lavar las zapatillas, en ciencias naturales, el cuidado de la salud”.Educación personalizadaHasta hoy unos 250 jóvenes y adultos han egresado de esta escuela. Muchos continúan los estudios en la Escuela Secundaria Abierta (ESA), del Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (Sipted), que se cursa allí los sábados, de 8 a 12.“Buscamos dar respuesta a las necesidades que cada joven o adulto nos plantea cuando viene a inscribirse. Algunos quieren terminar en un año, entonces en base a los grados que le faltan armamos un plan personalizado y vamos adecuando los contenidos a las necesidades de ellos”, dijo Bonetti. Los estudiantes actuales y los que ya se graduaron y continuaron estudiando, se acercan a los docentes y directivos para contar sus avances. “Nuestra abanderada es una señora de 47 años, está en sexto grado y está feliz porque ahora tiene la autoridad para decirle a los hijos que terminen la escuela”, dijo Bonetti y recordó a “Rosana, una egresada que también fue abanderada. Ingresó en 2008, estaba desesperada porque no tenía la escuela completa y estaba desocupada. Hoy tiene una miniempresa de panificados en el barrio. Con el marido comenzaron vendiendo en canastitos, primero iban a pie, después compraron una bicicleta y ahora el esposo pudo adquirir una moto para hacer los repartos. Yo me re emociono”.Mirando atrásLa escuela se creó atendiendo a las necesidades de la propia comunidad. Los docentes de la 835 realizaron un censo en la chacra 252 -vecina a la escuela, habitada por familias muy humildes, de las cuales pocas estaban alfabetizadas-. “En una reunión le dijimos a los padres que les ayudaran a los hijos a hacer las tareas y ellos nos dijeron que no podían porque no sabían leer”, comentó Bonetti, quien fue docente en la primaria entre 2003 y 2007, y a partir de ese diagnóstico elaboraron el proyecto de la escuela nocturna. Abrieron las puertas en 2008, con dos turnos: de 17.30 a 19.30 y de 19.30 a 21, de manera que en uno puedan cursar la escuela y en otro el taller elegido, que dura un año. Hay para elegir: Informática, Inglés, Cotillón, Auxiliar Contable, Electricidad, Electrónica Celular, Folklore, Corte y Confección, Peluquería, Cocina y Repostería y Manualidades. Panaderos y pastelerosEn un rincón del gran predio de la escuela, junto al tinglado de la cancha de basquet, está la cocina. De lunes a jueves, de 17.30 a 20, las clases están a cargo de Cristina Ferezin. Durante la visita de este matutino, Julio (15), Noelia (14), Sandra (15) y Patricia (32) preparaban tapitas de alfajores. Los productos se ofrecen en la feria franca de Santa Rita y Villa Cabello o a pedido. Actualmente lo que recaudan tiene un solo objetivo: comprar una garrafa de diez kilos, que será la cuarta que adquieran, ya que tres veces les robaron este elemento clave para el taller. “Los chicos aprenden pastelería y panadería y egresan como auxiliares de cocina, de panadería o rotisería”, señaló la docente. Los insumos son aportados por ella en una primera etapa, ya que “después vendemos y recuperamos la plata y nos queda para volver a invertir entonces, aparte de recetas, aprenden a administrar”, destacó. Aprender haciendoComo por arte de magia, los miércoles, jueves y viernes una de las aulas se transforma en peluquería. En el lugar del pizarrón hay un espejo y frente a él futuras peluqueras de todas las edades que aprenden nuevos peinados y técnicas en las cabelleras de sus compañeras. El taller de reparación de celulares es otra de las ofertas. Los docentes cuentan que desde que empezó, en las casas de los alrededores proliferan los cartelitos de “reparo celulares”. Sin dudas es una buena señal. Significa que los egresados ya se animaron a emprender su propio proyecto laboral arreglando los teléfonos móviles de todos los modelos. Espíritu solidarioCuando las cosas faltan, la solidaridad en las relaciones humanas es la única salida. Así lo demuestra la práctica, porque actualmente al taller de computación asisten veinte estudiantes y deben practicar con una sola computadora. “Hacemos la parte teórica en el pizarrón o con fotocopias y despu&eacu
te;s, en grupos, se van turnando para la práctica en la PC”, señalo Delia Bergallo mientras Itatí, Florencia (18) y Noelia (26) practicaban en trío frente al monitor. El espíritu solidario también se expresa en el taller de costura, que funciona en coordinación con la Comisión de Ropero. Reúnen prendas de vestir en desuso y en base a las necesidades de las familias de los alumnos adaptan la ropa para que pueda usarse. El trabajo se hace más complejo dado que robaron la máquina de coser, pero siempre la gran familia de la Escuela 58 convierte las carencias en oportunidades de aprender y crecer. Algunos obstáculos “En enero -de 2012- nos robaron diez veces. Se llevaron la máquina de coser, la garrafa de la cocina, las mangueras anti-incendio y destruyeron los inodoros y espejos de los baños”, indicó Bonetti. Ante este panorama, las dos escuelas que funcionan en el edificio se coordinaron y resolvieron contratar un servicio de seguridad. “Están hace dos meses y mejoró la situación”, agregó la docente. Por supuesto que las carencias que se producen con estos siniestros afectan el desarrollo de las clases. Tuvieron que conseguir una garrafa provisoria para cocinar en el taller de repostería y están en campaña de comprar otra, la cuarta, ya que tres veces les robaron.También la escuela quedó sin la única máquina de coser con que contaba para el taller de costura. Otra carencia, que ya es crónica en la escuela, son las computadoras. “Necesitamos con urgencia estos elementos y por eso apelamos a la solidaridad de nuestra comunidad. Tal vez alguna familia o empresa pueda donarnos una computadora o apadrinar a la escuela. Sería una gran ayuda para nuestros alumnos”, dijo la directora.
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