ELDORADO (Esteban Abad, enviado especial). El coqueto auditorio del Museo Cooperativo de esta ciudad colmó su capacidad con la gente que fue a escuchar al pastor evangélico y doctor en Teología René Krüger, nacido en Hohenau, Itapúa, naturalizado argentino y cuya trayectoria muestra la dedicación puesta al servicio de una vocación. Krüger, en el marco de un acto realizado en el Museo Cooperativo de Eldorado por la Fundación Germán Arturo Wachnitz dirigida por Gisela Wachnitz, presentó sus libros “La dignidad no se negocia” y “El Tesoro de las Ruinas”. Con PRIMERA EDICIÓN primeroPreviamente conversó con este enviado especial, charla en la que comentó que “en La dignidad no se negocia planteo la vida de Federico Ott, ejemplo paradigmático para mostrar figuras olvidadas, personas marginadas por la historia”.“Presento – señaló el autor a PRIMERA EDICIÓN-, una historia novelada, no es un texto de historia ni es novela histórica”. Krüger tejió un argumento en el que Ott, su personaje pasa a ser el relator de su historia de vida en la que “la propuesta es rescatar simbólicamente a las personas olvidadas, marginadas. Son aquellas que no figuran en ninguna lista de los medianamente exitosos”. La entrevista -corta pero positiva-, culmina cuando el pastor Krüger subraya que “pocas veces la historia de los pobres son contadas porque esas historias no cuentan”. Los pueblos originarios“Están también los que mucho antes de llegar los inmigrantes a la Argentina moderna habían perdido su libertad, su tierra y hasta sus vidas, los pueblos originarios”, en referencia a los nativos de América no sólo a manos de los conquistadores sino de los bandeirantes, los soldados de Roca en la Campaña del Desierto, la matanza de tobas en Napalpí (Chaco) y hasta los obreros fusilados en la Patagonia Rebelde. Los alemanes del VolgaEn su exposición, a continuación, dejaría en claro que la historia de Ott pone en evidencia -es decir rememora- las persecuciones sufridas por los alemanes emigrados a Rusia, conocidos como los “alemanes del Volga” que salvaron sus vidas huyendo hacia Estados Unidos, Argentina o Brasil. Federico Ott, el personaje real de esta novela con trasfondo aleccionador, murió en Bovril, Entre Ríos, a los 94 años. Dice Krüger, “es de destacar la importancia que en Ott como en muchas de las personas que se citan en el libro tuvo la fe , fe que les dio dignidad y jamás negociaron esa dignidad”.Ante un auditorio silenciosamente respetuoso, el autor habló durante más de una hora , en tanto ilustraba su disertación con fotos y dibujos mostrados en una pantalla gigante. Seguidamente se hizo una pausa. La alimentación espiritual pasaba ahora a ser alimentación corporal. Magnífica decisión ya que no se conocen espíritus que quieran habitar un cuerpo débil o hambriento y si si lo hubiera llevaría una vida incómoda.Por eso las plateas fueron abandonadas en segundos, algo menos que los que los invitados demoraron en terminar con las esquisiteces de la cocina alemana que la Fundación organizadora puso a disposición de los asistentes.(Algunos comensales añoraban, tras la exposición acerca de los “alemanes del Volga”, el sabor del blanco vino del Rin para acompañar los platos). El Tesoro de las RuinasUna magnífica exposición de lo que significó la era jesuítica en estas tierras fue la brindada por el doctor René Krüger al referirse a su otro libro: “El Tesoro de las Ruinas”. Resumiendo hechos anteriores a la expulsión de la Provincia Jesuítica del Paraguay de la Orden fundada por Ignacio de Loyola, la Compañía de Jesús, Krüger refrescó la memoria de los presentes acerca de Ruiz de Montoya, de la Batalla de Mbororé y sobre el sistema de reducciones creado por los jesuítas y de los que hasta el propio Voltaire ha escrito. El título (El tesoro de las ruinas), es una alusión que parece señalar los “entierros” pero se refiere “al mito de los tesoros que los jesuìtas enterraron al partir” de acuerdo al autor que dice, “lo que pretendo es destacar el mal que a los monumentos patrimoniales de las reducciones jesuíticas le hicieron y le hacen los buscadores de tesoros”. “En realidad – enfatizó Krüger -, el verdadero tesoro de las ruinas está en ellas y en la organización instaurada por los jesuítas en rescate de los guaraníes a los que protegían”. Es un libro imprescindible para interesados en la historia de las Misiones.
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