POSADAS. Un joven de veinte años, que contaría con un frondoso prontuario por delitos contra la propiedad, fue detenido bajo sospecha de asesinar a sangre fría al pensionado Enrique Bernardino Ayala (51). Tras una intensa y rápida pesquisa policial, orientada por el juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón, los investigadores también incautaron la sevillana con la que el presunto autor del hecho le habría quitado la vida a la víctima. Los operativos tuvieron lugar ayer poco después del mediodía. Primero los efectivos dieron con una vivienda situada sobre avenida Aguado -a unos cien metros de Centenario y a tres cuadras de donde fue hallado el cadáver de Ayala- donde el acusado habría compartido bebidas con un grupo de conocidos, la misma madrugada del miércoles, en la que fue perpetrado el crimen. Al parecer, el sospechoso, quien es conocido con el alias de “Jonhy”, en determinado momento habría salido de ese domicilio presuntamente a perpetrar un asalto callejero o salidera de cajero “al voleo”, según se desprende de la investigación preliminar. Eran alrededor de las 5.30. No tenía dinero y pagó con la vidaEnrique Ayala salió de su domicilio, ubicado en la chacra 184 (cerca del lugar del hecho), con la intención de “tantear” el cajero automático situado en la esquina de las avenidas Tambor de Tacuarí y Aguado, donde funciona una estación de servicios. Si bien el cronograma de pagos establecía que le tocaba cobrar su pensión por discapacidad, de 1.300 pesos el jueves (es decir ayer), el hombre tenía la esperanza de que ya estuviera depositada dicha suma. Por ello se dirigió al cajero y probó su tarjeta de débito, pero no tuvo éxito, el dinero no estaba aún. A todo esto, no se percató de que era vigilado por un ladrón, quien acechaba desde la oscuridad. La víctima se retiró y caminó unos metros por Aguado. A escasos metros de la intersección con Tambor de Tacuarí, prácticamente en la esquina de la Escuela 219 lo emboscaron con la intención de robarle. El delincuente le exigió dinero, pero el pensionado le habría dicho que no tenía, lo que habría enfurecido al ladrón, quien al no creerle le asestó al menos tres puntazos. Uno en la espalda y otros dos en el corazón, heridas que le ocasionaron la muerte prácticamente en el acto al infortunado hombre. Antes de marcharse el asesino despojó a la víctima de un cigarrillo Eight de diez unidades y un encendedor. En base a testimonios, se pudo establecer que el presunto asesino, conocido como “Jonhy” y domiciliado en la chacra 183 (era casi vecino del pensionado), habría regresado a la vivienda donde se cree compartió bebidas antes del hecho, donde habría manifestado a sus conocidos “apuñalé a uno”, según reveló un portavoz oficial. Tras dejar el arma supuestamente utilizada, una sevillana que fue hallada por la Policía envuelta en una tela y con manchas que serían similares a sangre, el sujeto se retiró a la vivienda de sus padres, donde reside. Trascendió que el joven sería un conocido de los calabozos de la comisaría Décimosegunda por delitos contra la propiedad. Además, sería hermano de un oficial de la Policía. La madrugada en que Ayala fue asesinado y que decidió pasar por el cajero también se dirigía a hacer una “changa”.
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