POSADAS. Ayer, al caer el sol, se encendió la alegría titiritera en Posadas con el inicio del esperado Festival Internacional Kruvikas. A las 19, comenzó la décima edición de esta fiesta en el Centro de Convenciones y las sonrisas se multiplicaron entre los cientos de niños y adultos que llegaron hasta el lugar para disfrutar de este espectáculo que desborda magia y encanto. Los muñecos gigantes de los Kossa Nostra, anfitriones de festival, recibieron a las familias que se acercaron al Centro de Convenciones, y la Murga del Bicentenario, de Itaembé Miní, se les sumó con toda la energía de la batucada. Entre bailes y al son de los tambores, los niños y jóvenes de la murga fueron abriendo camino hasta llegar al salón principal, mientras la multitud se mostraba expectante, en especial los más pequeños que disfrutaban cada momento saltando y aplaudiendo.Una vez que todos estuvieron en sus lugares, comenzó el show con un video que hizo un recorrido por los nueve años anteriores del festival titiritero, que tuvo su primera edición en julio de 2003.“El Kruvikas comienza hoy y vaya uno a saber cuando terminará…”, dijo una voz en off dando la cordial bienvenida a los presentes. Inmediatamente, aparecieron en escena los dos presentadores (de goma espuma por cierto): Hilario Gómez Bolaños y El Polaco Goyenesky, que con un acento bien misionero hicieron reír a todos. “Qué estabas haciendo hace diez años cuando comenzó el festival”, – le preguntó Hilario al Polaco y este respondió: “Yo… carpía en Alem” y vos: “Y… yo todavía era el colchón de Tuny” (integrante de Kossa Nostra), contestó el muñeco, mientras la risa brotaba en la gran sala. Pícaros y ocurrentes, los títeres conductores invitaron a ver un nuevo video sobre los grupos invitados del festival.Seguidamente, Hilario y “El Polaco” invitaron a un sacerdote amigo de Kossa Nostra, el padre Fernando quien llegó desde Pueblo Timbúes hasta Posadas para acompañar esta fiesta y bendecir el evento. Después de cortar la cinta, el sacerdote contó que cuando vio por primera vez a Kossa Nostra “además de ver como los chicos se reían, me deslumbraron cuando vi lo mucho que se reían los papás y los abuelos”, destacó. Después de esa experiencia los invitó a su pueblo y así nació la amistad, relató. Este encuentro “une a la familia y la familia unida nunca será vencida. Estoy realmente feliz de compartir este festival donde no solamente los chicos, sino también los grandes nos reímos a carcajadas”, agregó el padre Fernando, a quien le sucedió un breve número titiritero de “El padrecito” y el Hermano Francisco”, títeres curitas, que despertaron más risas y dieron paso al invitado especial de la primera noche: Mamulengo Presepada, de Brasilia (Brasil).El titiritero entró con una maleta y su títere y la alegría estalló en la platea. Los chicos se adelantaron todo lo que pudieron y se sentaron en el piso bien cerquita del escenario, mientras el artista comenzó a soltar las riendas de su show. Junto con los niños del público que cada vez se sumaban más en el borde del escenario, fue armando una historia con la ayuda de ellos, mientras la alegría impregnaba cada rincón del lugar. Luego el titiritero brasileño presentó la obra “O Romance do Vaqueiro Benedito”, cuyos personajes se ganaron el cariño de la multitud. La apertura del festival se convirtió en una fiesta para los “peques” y fue tan mágica que hizo que la edad y las preocupaciones cotidianas del público adulto se desdibujaran… y todos se volvieron niños. Los títeres una vez más lograron su cometido, el de compartir un gran momento de felicidad, abrir una puerta a un mundo de fantasías, hacer reír a todos y jugar a que esa magia era de verdad. Sin dudas, anoche, las sonrisas se multiplicaron en Posadas y eso que esta fiesta titiritera… recién comienza.
Discussion about this post