BUENOS AIRES (Especial de NA, por Sergio Farella). El martes no será una jornada más para el “arrepentido” Mario Pontaquarto en el juicio que se le sigue por el caso de los sobornos en el Senado, puesto que todas las defensas intentarán demostrar que en sus distintas declaraciones incurrió en contradicciones y así lograr desligitimizar su acusación.Las audiencias del martes y miércoles fueron agotadoras para el ex secretario parlamentario: con detalles volvió a explicar cuál fue su rol en la maniobra y nuevamente ratificó que el entonces presidente Fernando de la Rúa no sólo sabía de la existencia de sobornos para aprobar la polémica ley de reforma laboral, sino que incluso ordenó que se pagara una suma de 5 millones de pesos a senadores del PJ para que la aprobaran con su voto.Pero tal vez esas no fueron las jornadas más difíciles que atravesó hasta ahora Pontaquarto, sino que la del martes promete mucho más: es que todas las defensas le remarcarán sus “contradicciones” en los distintos relatos que dio durante la investigación.La prueba que más involucra a De la Rúa de su testimonio es una supuesta reunión que tuvo lugar en Casa Rosada, en donde el entonces presidente provisional del Senado José Genoud le dijo al presidente que los senadores del PJ reclamaban algo más para dar el consentimiento a la ley, a lo que aquel habría respondido “arréglenlo con (el titular de la Side, Fernando) De Santibañes”.Principalmente, se lo acusa a Pontaquarto de no tener una fecha precisa del día en que ocurrió esa reunión, ya que en distintas oportunidades precisó la fecha entre fines de marzo o en abril de 2000.Otra de las contradicciones que le marcarán los abogados es también una cuestión de fechas y de horarios sobre las dos visitas que hizo a la Side en abril de 2000, una a la mañana y otra más tarde, para retirar los 5 millones de pesos en dos maletines y una caja, que resguardó en su casa de General Rodríguez por unos días y luego entregó una gran parte al entonces senador Cantarero para que este la repartiese.Luego le apuntarán a Pontaquarto por la entrevista que dio en diciembre de 2003 a la entonces revista TXT, en donde públicamente se lanzó el escándalo por primera vez: es que el “arrepentido” nada había dicho al inicio de la causa.
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