POSADAS. Este feriado conmemora el bicentenario de la Batalla de Tucumán, uno de los hechos más importantes de la historia argentina. Hacia fines de agosto de 1812, luego de la derrota en el Desaguadero, El Ejército del Norte se retiraba de Jujuy en dirección a Tucumán. Manuel Belgrano comandaba este ejército de apenas 1.500 hombres, y en su persecución venía el ejército realista comandado por Juan Pío Tristán con un ejército de más de 3.000 soldados. Valeroso y con su ejemplo, Belgrano logró que sus hombres no entren en pánico.Durante su marcha a Tucumán, el general recibe una orden del Triunvirato para que se retire definitivamente hacia Córdoba, dejando libradas a su suerte a las provincias del Noroeste. Pero él está decidido a presentar batalla. Fue así que el ejército patriótico y los emigrados de Jujuy y Salta llegaron a cercanías del actual San Miguel de Tucumán, donde también se encontraron con un pueblo decidido a luchar por su libertad.Las tropas realistas dirigidas por Tristán marcharon hacia Tucumán en una travesía complicada, tratando de avanzar por la izquierda patriota para impedirles su retirada hacia el sur (a Santiago del Estero). Se establecieron en Los Nogales, cerca del norte tucumano.Belgrano decidió esperar al enemigo al norte de la ciudad, pero como el ejército realista avanzaba por el oeste, el combate se libró en el campo de Las Carreras sorprendiendo a los españoles. De esta manera, con un ejército popular se obtuvo la victoria y se logró desvanecer la reconquista de territorios argentinos por parte de los españoles.El 24 de septiembre de 1812 Belgrano salvó a la Patria y puede decirse también que con este triunfo se salvó la Revolución y, que por sus resultados se definió, la suerte de otros países americanos, luchando no solo contra las fuerzas de los españoles sino también contra las órdenes del gobierno.“Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia”. Las palabras son del gran Belgrano, figura sobre la cual volvió a girar la mesa temática exclusiva para PRIMERA EDICIÓN, sobre el Bicentenario de la Guerra de Tucumán, que se conmemora hoy.A continuación algunas reflexiones de los alumnos de la licenciatura en Historia de la Facultad de Humanidades de la UNaM. “El 13 de septiembre, Belgrano ingresó en Tucumán, donde encontró el ejército organizado por Balcarce, que había reunido alrededor de 400 hombres, cuyas armas consistían en lanzas, y carecían de uniforme, pero el espíritu de lucha y la valentía de la población lo impresionaron, al punto tal, que decidió no hacer caso a la intimación del Triunvirato de tomar rumbo a Córdoba”, señaló Fabrizio Ayala quien ofreció un pormenorizado detalle sobre los sucesos, teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional. “Puede decirse que con este triunfo se salvó la Revolución, y que por sus resultados se definió la suerte de otros países americanos. Hace 200 años, El 24 de septiembre de 1812 Belgrano salvó a la Patria; luchando no solo contra las fuerzas de los españoles sino también contra las órdenes del propio gobierno”, sostuvo.Para las alumnas, Luisa Eugenia López, Jennifer Beber y Nancy Mabel Janczuk la decisión de “desobedecer” el mandato del gobierno central fue determinante “si el ejército patriota se hubiera retirado, las provincias del norte se hubiesen disuelto para siempre y el enemigo, señor de un extenso territorio, habría alcanzado hasta Córdoba, donde le hubiera sido más fácil obtener la cooperación de los realistas de la Banda Oriental y de las tropas portuguesas del Brasil. El triunfo tuvo también importantes consecuencias políticas, por cuanto Belgrano (que contaba con la simpatía de la Logia Lautaro) había derrotado al invasor contrariando las disposiciones del gobierno y demostrando el acierto de los opositores, cuando pedían auxilios para remitir al Ejército del Norte. En Buenos Aires, a los tres días de conocerse la noticia del combate, el Primer Triunvirato fue derribado por la Revolución del 8 de octubre y asume el Segundo Triunvirato que propicia la famosa Asamblea General Constituyente de 1813, la que entre otras cosas promulga la libertad de vientres.En sintonía, para el alumno Ferreyra Omar “la batalla de Tucumán tiene significado especial en la Revolución, dado que se frenó la avanzada realista y es el primer acto del triunfo argentino en el Norte. El segundo fue la batalla de Salta. Este último fue librado el 20 de febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona Norte de la Ciudad de Salta. Más allá de la trascendencia que tuvo la batalla librada en Tucumán el 24 de septiembre de 1812 desde el punto de vista político, también es significativa desde el aspecto militar. Ya que las batallas de Tucumán y Salta, son las únicas de carácter campal realizadas contra los españoles en el territorio argentino. Y esto les da a esos triunfos un significado singular”, se explayó. “Desde mi punto de vista, la batalla de Tucumán fue central. Belgrano tuvo un pensamiento y un sentimiento por la nación, se plantó con coraje para luchar y defenderla, contando además con los criollos tucumanos que no pertenecían al ejército y se integraron en la lucha por su defensa. Creo que este feriado rinde honores y saca a la luz parte de nuestra historia que muy pocos conocen; nos hace saber lo importante que fue esta batalla para toda América del Sur”, destacó la alumna Zulma Ortigoza. Figura inspiradora “Creo que Belgrano inspira a amar a la Patria y a luchar por ella sin jamás perder la alegría”, señaló la alumna Paola Asselbor, para quien “nuestro general soñaba con el bienestar de los pueblos americanos; sembró ideales de igualdad y libertad, con voluntad, disciplina y firmeza, entendiendo que la vida sin libertad no es nada. Transgredió las órdenes del Triunvirato pensando nada más que en la consolidación de nuestra patria. Con el apoyo de los pueblos del noroeste logró salvar la revolución”. Para su compañera, Luisa Eugenia López, “en todos los momentos de la historia es importante reivindicar la lucha de los pueblos. La soberanía es una cuestión problemática que nuestro país tuvo que soportar (y lo sigue haciendo) en defensa de los atropel
los de las potencias invasoras. Además debemos extender nuestras reivindicaciones a esos hombres que quizá no fueron para nuestras producciones historiográficas grandes figuras, pero sí fueron grandes responsables de las victorias y víctimas en los fracasos”.
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