SAN PABLO (La Nación). En su cruzada de tolerancia cero contra la corrupción, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, decidió apartar de sus cargos a todos los miembros del Gabinete de la Presidencia en San Pablo -incluida la jefa de esa dependencia, Rosemary Novoa de Noronha-, ante las sospechas de su participación en una trama de corrupción.La decisión de la mandataria, divulgada en un comunicado oficial, se produce poco después de que la Justicia dictara duras penas a la antigua cúpula del ex gobernante Partido de los Trabajadores (PT) por un escándalo de corrupción que se remonta a 2003, en el caso del “mensalão”.Rousseff tomó la medida un día después de que la policía federal lanzara la llamada “Operación Porto Seguro” para arrestar a seis de los 18 acusados de integrar la red de corrupción en San Pablo, entre ellos Novoa de Noronha, antigua secretaria personal del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.La operación tuvo como fin desmantelar una organización en la que supuestamente están implicados varios altos funcionarios del Estado, con ramificaciones en un ministerio y otros siete organismos públicos, y que se dedicaría a elaborar informes técnicos fraudulentos para favorecer a determinadas empresas privadas en contratos públicos. La Policía acusa a los funcionarios de los delitos de corrupción, falsificación de documentos y tráfico de influencias.“Por determinación de la presidencia, todos los funcionarios formalmente acusados serán separados de sus cargos o exonerados de todas sus funciones”, señaló el comunicado del Palacio del Planalto.
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