CIUDAD DE MÉXICO, México (AFP-NA). El presidente saliente de México, Felipe Calderón, entregó el mando en el minuto cero del sábado a su sucesor, Enrique Peña Nieto, en una ceremonia simbólica que busca evitar una ausencia de poder mientras que por la tarde se celebró la jura en el Congreso.“Ha concluido así una transición gubernamental ordenada, legal y transparente”, expresó Peña Nieto al concluir el acto solemne que duró cinco minutos, y en el que ambos presidentes se estrecharon manos, pero no cruzaron palabra alguna. “Hoy comienzo a ejercer el honroso cargo de presidente” de México, añadió.El acto, llevado a cabo en el Palacio Nacional, en pleno corazón de Ciudad de México, “simboliza la traslación del mando de la Fuerza”, dijo Calderón en su cuenta Twitter minutos antes. Al protocolo, en el que se entregó una bandera nacional a Peña Nieto, no asistió la prensa, pero fue transmitida por cadena nacional. Minutos más tarde, el flamante presidente tomó protesta a los miembros de su gabinete de Seguridad, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, al frente de la Secretaría de Gobernación (Interior); general Salvador Cienfuegos, de la Defensa Nacional; y el almirante Vidal Francisco Soberón, de la Secretaría de Marina.Además, juramentó Manuel Mondragón, quien encabezará la cartera de Seguridad Pública, que podría fusionarse próximamente con la de Gobernación, de aprobarse una reforma que Peña Nieto envió al Congreso. Así, Mondragón fue nombrado subsecretario de Seguridad Pública y Planeación Institucional.Peña Nieto, quien había prometido integrar un gabinete “incluyente” como una forma de desligar al PRI de su pasado autoritario y hegemónico, nombró a sus más allegados en las secretarías clave, como las que dirigirán la lucha contra el crimen organizado.México está sumergido en una ola de violencia que ha dejado decenas de miles de muertos y desaparecidos como consecuencia de las pugnas entre cárteles de droga que se disputan las rutas hacia Estados Unidos y la guerra que Calderón inició en 2006 para combatirlos.La ceremonia realizada la madrugada de este sábado se asemeja a la que protagonizó en 2006 Calderón, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), cuando recibió el mando del también panista Vicente Fox, en medio de un ambiente político extremadamente sensible por la negativa de la izquierda a aceptar los resultados electorales.Sin embargo, a diferencia de este sábado, la ceremonia de ese entonces se celebró en la casa presidencial de Los Pinos, sin la presencia de los dos gabinetes -el entrante y el saliente-, y se entregó el bando presidencial, en vez de una bandera nacional.Calderón reconoció recientemente en una entrevista que decidió asumir la presidencia en esas condiciones para tener, desde el primer instante de su mandato, el mando de la fuerza pública, para evitar un “vacío constitucional”.“Sabíamos que venía una jornada muy difícil (…) iba a haber una responsabilidad muy fuerte en quien tuviera la fuerza pública y no había certeza de que se fuera a emplear responsablemente; responsablemente significa ejercerla si era necesario ejercerla”, dijo al periodista de Televisa Joaquín López-Dóriga.Toma e incidentesEl nuevo presidente, un abogado de 46 años con imagen de galán que dice representar a una nueva generación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -que gobernó con mano dura México entre 1929 y 2000- juró el cargo más tarde en una ceremonia ante las dos cámaras del Congreso. Previo a ello se registraron graves incidentes cuando cientos de manifestantes chocaron con policías afuera de la Cámara de Diputados, lanzando bombas incendiarias y petardos que dejaron al menos seis heridos, cinco de ellos uniformados que respondían con gas lacrimógeno.El recinto de la Cámara de Diputados, del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde Peña Nieto recibió la banda presidencial se encontraba cercado con vallas metálicas y custodiado por elementos del Estado Mayor y cerca de 6.500 policías federales y capitalinos. Unos 500 manifestantes, la mayoría jóvenes que se cubrían el rostro, lanzaron al menos medio centenar de petardos y una decena de bombas incendiarias, que por momentos convirtieron al cerco colocado en las calles que rodean a la sede del legislativo en una auténtica valla de fuego y humo.“No esperábamos algo tan violento”, comentó a la AFP uno de los cerca de 200 uniformados que estaba en la zona donde se registraron los choques más violentos, en una amplia avenida cercana al Congreso mexicano, un edificio que ocupa una amplia manzana.Dentro del recinto Peña Nieto rindió protesta como mandatario de México ante los legisladores en el Congreso de la Unión. Tras la toma de protesta, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Murillo Karam, entregó la banda presidencial. Luego de colocarse la banda presencial se entonó el himno nacional mexicano en el recinto de San Lázaro. Ante diputados, senadores, cuerpo diplomático e invitados especiales, Peña Nieto dio lectura al Artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la unión, y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Sobre el nuevo gabineteEl gabinete dado a conocer confirma que Peña Nieto tuvo problemas para incorporar a más mujeres en su alineación de arranque de gobierno. De entre las que sí llegaron destaca Rosario Robles, quien no solo fue alcaldesa de izquierda en la capital mexicana (1999- 2000), sino que además dirigió hace diez años el partido de la Revolución Democrática, del que salió en medio de un escándalo de corrupción protagonizado por su entonces pareja sentimental. Robles venía colaborando con el nuevo presidente de tiempo atrás, tanto que fue parte del grupo de transición dado a conocer por Peña Nieto en septiempre, por lo que su nombramiento no constituye del todo una sorpresa, aunque eso sí, la función que le ha sido encomendada -combatir la pobreza y la desigualdad- es una de las que en M&
amp;eacute;xico se considera que construye candidaturas presidenciales.
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